Los vientos del Gran Lago de Nicaragua empujaron hace 50 años hasta nuestro país a Julio Hernández, el primer habitante que tuvo lo que hoy es Caño Castilla de Los Chiles. Tenía 28 años y estaba soltero cuando cambió la Isla de Ometepe, departamento de Rivas, por Costa Rica.
Hernández, quien hoy a sus 78 años sigue sembrando la tierra, menciona que entró por el río Pocosol.
Recuerda que llegó sin más compañía que unas herramientas de labranza.
Detalla que en esa época “aquí solo había montañas muy tupidas y muchos animales salvajes”.
Cuenta que con hojas de palma de corozo levantó el rancho que luego cambiaría por la rústica vivienda de madera que sigue ocupando.
El anciano narra como en esa época, para salir a comprar combustibles a Boca Arenal de San Carlos o Los Chiles centro, debía caminar dos días, entre picadas en las que abundaban un sinnúmero de serpientes venenosas.
Afirma que eran travesías peligrosas, sobretodo en el invierno, pues había que cruzar ríos y quebradas caudalosas. Hernández, viudo y con cuatro hijos adultos, explica que el nombre del pueblo se debe a un caño que desemboca en el Pocosol y donde abunda una planta llamada Castilla.
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