Ronaldinho ha estado desde hace dos meses en el Flamengo muy bien, en cuanto a rendimiento y nivel de juego. Ha subido.
Es junto a Leandro Damião del Internacional, el segundo mejor goleador del Brasileirao 2011, con 13 anotaciones (el líder es Borges del Santos con 19).
Con la selección, no marca un gol hace cuatro años; se espera que sea en Costa Rica, aunque su preocupación no es anotar.
Pese a que está recuperando el fútbol que mostró en el Barcelona, es otro futbolista: está jugando en una posición diferente, como volante centro o de llegada, muy libre. No tiene las mismas condiciones físicas, juega más parado, es más de pases, no de grandes corridas buscando el gol. Ha cambiado completamente su fútbol, no es aquel que va y dribla a ocho, aunque sí hace jugadas geniales, pero el que fue en el Barça, no lo será nunca más.
Hay una expectativa muy grande y temor también, de que por su edad (31 años) no le sea fácil mantener un rendimiento excelente durante mucho tiempo. Sin embargo, él está muy optimista de poder llegar a la Olimpiada de Londres el próximo año con la selección de Brasil, siendo uno de los jugadores mayores de 23 años que refuercen a la “Verdeamarela”. Si lo hace bien en Londres, tranquilamente va a estar en el Mundial del 2014.
En el Flamengo es como el rey. Es la persona más simpática, no se enoja, no tiene problemas, es muy próximo con la hinchada y se acostumbró rápido a Rio de Janeiro. Su vida no la ha modificado. Ahora no se le critican sus fiestas, porque está jugando bien, y en Brasil hay una teoría: si el futbolista rinde, poco importante lo que hace fuera de la cancha.
Barça y Real con tarea pendiente
Todos pueden ganar en carrera Al Día
Víctor Bolívar, portero de Saprissa: “me gusta usar ...
Kristopher Moitland: “esto es el paraíso”
Neuer llega a los mil minutos invicto
A Pinto se le puede dar la mano
El fútbol inglés marca diferencia dinámica, intensidad y ...