Limón.-Un alto y delgado muchacho, de hablar pausado y respetuoso, es la nueva promesa del fútbol limonense, quien todavía no ha disfrutado de la regularidad que el anterior o el actual técnico hubiera querido darle, no por dudas sobre sus condiciones, sino porque primero hay que hacer respetar un pacto de familia que se tomó hace meses alrededor de la mesa del comedor en su casa en el barrio Los Cocos.
Ese novato, se llama Mayron George Clayton, un adolescente de 17 años, quien todavía no ha podido demostrar todo su potencial en la Primera División, porque primero debe concluir sus estudios de quinto año en el Colegio Adventista de Limón y, después, prepararse para hacer y ganar las pruebas de bachillerato con muy buenas notas.
El joven, un rápido y habilidoso goleador, ha ingresado de cambio en tres encuentros, el más reciente el miércoles pasado cuando Limón jugó contra Belén.
Como el más experimentado
Él se ha sentido bien. Al parecer, los nervios, pese a su corta edad, aún no lo han traicionado.
“Los defensas me juegan como si fuera el más experimentado. La mayoría lo ha hecho sin mala intención, aunque contra Belén siento que hubo uno que se extralimitó”, recordó el joven, un fiel seguidor del camerunés Eto’o.
Mayron, hasta hace poco, miraba desde la gradería a Kurt Bernard y pensaba cómo le agradaría algún día rematar a marco con la sobriedad y solvencia que él lo hacía. Unas semanas más tarde lo tenía de compañero.
Mayron es el mayor de los dos hijos, la otra es Roshelly de cuatro años, que tuvieron Marlon George y Rosemary Clayton.
El padre estuvo 17 años embarcado para reunir un ahorro que a la familia le permitiera forjarle un mejor futuro a sus hijos.
La idea de volver al mar aún persiste, pero no antes de que Mayron esté totalmente encarrilado hacia la vida.
Rosemary, mientras tanto, es la directora de la escuela de El Progreso, una comunidad ubicada al fondo del Valle de La Estrella. Ella conduce diariamente tres horas, entre el viaje de ida y vuelta, para poder cumplir con sus jornadas laborales.
“El sacrificio es enorme porque debo estar al lado de Mayron, quien vive su adolescencia y su último año de colegio, como también atender las necesidades de mi chiquita de cuatro años”, expreso la educadora.
Se lo quisieron llevar
Unos dos años atrás, cuando Mayron apenas tenia 15 años, el matrimonio fue visitado por representantes de al menos dos importantes instituciones futbolísticas del país, quienes le pidieron que él se mudara a San José para que se integrara de inmediato a esos equipos.
“Si aquí en Limón la educación de nuestro hijo es complicada, imagínese cómo pudo haber sido estando fuera de nuestro control”, expresó la señora.
A su juicio, la vida del futbolista es muy breve y, este debe disponer de las herramientas necesarias para defenderse una vez que deje la actividad.
Al preguntarle cómo observaba a su hijo dentro de cinco años, lo hizo desde tres ejes distintos: “Siendo un ciervo fiel al Señor, un profesional y, finalmente, un futbolista ejemplo para los jóvenes”. El muchacho, mientras tanto, sueña con poder algún día salir del país, integrarse a algún club europeo que lo catapulte al Real Madrid.
En el colegio Adventista, de acuerdo con su director, Delron Carnegie, se le caracteriza como un muchacho aplicado, estudioso pero sobre todo, un gran líder.
“Aquí procuramos apoyarlo en todo lo que podamos, siempre y cuando no se rompa el equilibrio que debe haber entre los estudios y sus actividades personales”, expresó el educador, quien fue un reconocido defensor de Limón F.C.
“Ya no se le critican sus fiestas”
Barça y Real con tarea pendiente
Todos pueden ganar en carrera Al Día
Víctor Bolívar, portero de Saprissa: “me gusta usar ...
Kristopher Moitland: “esto es el paraíso”
Neuer llega a los mil minutos invicto
A Pinto se le puede dar la mano
El fútbol inglés marca diferencia dinámica, intensidad y ...