Dicen que para verdades el tiempo. Transcurrió poco para ratificar que no me equivoqué con lo que publiqué el lunes en Al Día.
Juan Carlos Rojas, presidente de Saprissa, se molestó por mi crónica del partido del domingo entre Santos y el cuadro morado.
En un correo electrónico que me envió, el jerarca de los tibaseños me pidió explicaciones, me dijo que parecía que escribí con el hígado y por supuesto estuvo en desacuerdo en mi tesis de que Saprissa no está para ser campeón.
Me refutó cuando dije que atacantes de la “S” son presa fácil de los defensas y cerré con “morados no se engañen”. Tras leer el mensaje de Rojas, lo llamé y muy atento me atendió y escuchó mis pensamientos.
Le dije que Saprissa no está para campeón porque la delantera no es de peso, a la planilla le falta gente que cambie la historia de un juego, que se eche el equipo al hombro y si bien los jóvenes tienen talento, están verdes para asumir estas responsabilidades. Todo un caballero como es Juan Carlos Rojas, evidenció su desacuerdo, pero le recalqué, si usted debe traer extranjeros con tal de ver a Saprissa campeón, lo hará. Y dijo sí.
Hoy es un hecho, vuelven los foráneos, Rojas busca fortalecer el equipo, lo refuerza y le mete competencia a los jóvenes. Saprissa hace bien, si estas contrataciones son de calidad y marcan diferencia, como debe ser. Porque los extranjeros deben dar más que cualquier nacional; entonces la “S” apuntará al cetro.
Saprissa ocupaba gente, con lo que tiene no le alcanzaba y Rojas aunque molesto por mi crónica, se dio cuenta de la realidad, con la contratación de los foráneos me dio la razón a lo que escribí de forma directa, dura, pero objetiva, comentario nada hepático, porque no sé cómo se escribe con el hígado.