Interesados, enamorados del dinero y poco profesionales, así son los futbolistas de hoy día.
Ante la primera oferta lo primero que preguntan es ¿cuánto me van a pagar? A pocos o casi a ninguno le importa si la liga donde los van a colocar es profesional, en desarrollo, amateur, o un cementerio de elefantes como la India que iniciará con varios jugadores que dejaron el retiro por unos dólares más.
La mayoría no se detiene a pensar si ir al extranjero les permitirá crecer como profesionales, si después regresarán a la Selección siendo mejores jugadores, pero no, la mayoría de las veces nuestros legionarios vuelven con menos calidad y algunos kilos de más, claro, seguro con plata en la bolsa.
El futbolista debe analizar que ir a una liga que lo ayude a crecer aunque le paguen menos, en el futuro esto le abrirá puertas en clubes y torneos de más calidad y claro ganarán más. Por ejemplo, Bryan Ruiz pasó de Holanda a Inglaterra.
Tras efectuar su primera experiencia internacional en Noruega, Rándall el “Chiqui” Brenes volvió al exterior, pero bajó de nivel, partió a Azerbaiyán, pero ¿a hacer qué?
El fútbol de Azerbaiyán es 111 en la clasificación de la FIFA, 111 de 206 afiliados. La posición promedio de Azerbaiyán desde la creación de la Clasificación Mundial de la FIFA es 118, o sea el “Chiqui” partió a un fútbol malo. El agente que lo colocó debe estar feliz, obvio, también se embarró la mano, pero ¿le habrá dicho a Rándall, vas a ir a ganar plata, pero no creo que el nivel de Azerbaiyán te sirva para mejorar o dar el salto a Inglaterra, Francia o España?
Aquella casta de futbolistas que jugaban por amor a la camiseta, que no cambiaron de equipo, pese a las buenas ofertas ya se extinguió. Ya no hay gente como Evaristo Coronado, German Chavarría y más atrás, Leonel Hernández.
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