Armando “El Caya” Alonso debe de prepararse para todo, como recibir silbidos, insultos, aplausos y demás acciones de una afición herida por su partida, y otra feliz de su llegada.
Y es que el posible debut que podría tener el exjugador del Saprissa mañana con Alajuelense, trae a la discusión los momentos incómodos y complicados que han tenido que pasar las figuras que han vestido ambas camisas.
“Bueno Armando va a estar en casa, solo eso es una gran ventaja, porque ir de visita en el primero es complicado”, comentó el exdefensor, Róger Flores.
El primero en cambiar de bando, fue el defensor Wálter Elizondo, quien pasó del Saprissa a Alajuelense en 1970.
Desde entonces son varias las figuras que se pasaron al archirrival en la mayoría de casos, esto en busca de un mejor futuro económico. Nombres como Róger Flores, Óscar Ramírez, Juan Cayasso, Rolando Fonseca, Steven Bryce, Guillermo Guardia, entre otros, forman parte de la lista.
Por esto, acá en Al Día recopilamos varias de las experiencias que han vivido estas figuras, y ¿cómo han superado a silbidos, insultos, malos tratos? y además, ¿qué tal pasaron esas horas previas al vital juego?
“Hay que quitarse el cariño”
El nombre de Rolando Fonseca es sinónimo de protagonismo en los clásicos, sobre todo desde 1997, cuando llegó a la Liga.
El jugador además de ser el goleador histórico de esta serie con 19 goles, fue una de las contrataciones manudas que más le dolió a los saprissistas, ya que con la camisa eriza anotó en diez ocasiones. “En el momento de enfrentar ese primer juego con la otra camisa, usted tiene que quitarse el cariño que existe, porque hay un profesionalismo. No se debe de perder la noción de que la bola no se la pueden quitar los que gritan en las gradas”, comentó Fonseca.
En cuanto a su experiencia, añadió que su vida no lo cambió mucho antes de ese juego. “Yo vivía esas semana previas muy normal. Yo no me metía en la polémica. Entre más hablaba, más me complicaba, ya que me exponía a que más me juzgaran”, manifestó.
La ausencia lo benefició
Rónald “La Bala” Gómez se fue a jugar al exterior cerca de siete años, y asegura que esta fue la clave para vincularse al Saprissa sin problema, luego de su paso por Alajuelense.
“Fue diferente, estaba en el extranjero y luego de un largo periodo fue que regresé al Saprissa. La verdad, estaba muy tranquilo ya que no tenía tanto vínculo con la Liga”, contó Gómez, quien salió de ese equipo en el 96 y llegó a la “S” en 2003.
“La Bala” afirmó que aunque los años pasaron y a él no le afectó el cambio de camisa, sí notó que la afición nunca le perdonó que jugara con Saprissa en ese primer juego ante la Liga.“Hubo sentimientos encontrados, ya que hay un cariño por los jugadores que están del otro lado y los recuerdos de los momentos que viviste allá. Se metió conmigo, pero esas son cosas que hay que manejar. Uno es profesional”, dijo.
Alpízar se motiva con los silbidos
Alejandro Alpízar, actual delantero manudo, quien militó en el Saprissa del 2006 al 2009 luego de nacer en la Liga, comentó que en su caso los silbidos e insultos de la gente le significaron una motivación.
“Eso se siente siempre y hay que saber que va a pasar. Es parte del partido. La presión no me afectó en nada; más bien me motivaba a mí a salir y hacer lo que más me gustaba, que es jugar fútbol”, aseguró.
Para Alpízar la preparación mental previa fue esencial. “No es un secreto que cuando se habla del clásico se quiere sobresalir pues todo el país va a estar con los ojos puestos allí”.
Alejandro es actual compañero del volante Armando Alonso, por lo que agregó que lo aconsejará acerca de cómo manejar la presión. “Él es una persona madura. Si tiene la posibilidad de estar ahí le daremos el apoyo”, concluyó.
“No quiero volverlo a vivir”
El exvolante Steven Bryce, quien dejó el Saprissa en el 2000 para llegar a la Liga, dijo que la experiencia que representó jugar el clásico con la rojinegra ante los morados, fue muy complicada y no le gustaría volverla a vivir.
“Fue una semana muy difícil para mi familia, y me tuve que llenar con mucha confianza en Dios. Me benefició que yo estaba bastante maduro, aunque si me pregunta, no quiero volverlo a vivir”, valoró.
Bryce comunicó que el encuentro de sentimientos que vivió fue fuerte. “Fue tan inusual. A mí me cantaron el nombre en apoyo, pero también me silbaron, talvez porque mi salida de la “S” no fue porque yo quería, sino por elementos externos”.
Pero esta experiencia le ayudó a crecer mucho como profesional. “Los técnicos me dijeron que yo era un hombre confiable. Ese paso me marcó”.
Los manudos todavía le reclaman
Juan Carlos Arguedas, quien llegó a Saprissa en 1996 afirmó que el apoyo que le dio la afición de la “S”, le sirvió para superar los malos tratos de los liguistas en el primer juego ante los manudos. “La afición de Saprissa me quería. Eso fue un orgullo para mí y me ayudó a superar el mal trato que recibía en el Morera”, contó.
Arguedas añadió que, casi 15 años después, los liguistas todavía le reclaman que jugara con el cuadro morado.
“No perdonan, cuando yo venía al estadio de Alajuela, eran 20 mil personas silbando y todavía como entrenador se metían mucho conmigo, cuando vine con San Carlos y Carmelita”, manifestó.
El exvolante ofensivo le recomienda a Armando Alonso, recién fichado por la Liga, que para este primer clásico maneje mucho la ansiedad y concentración como claves.
A “Neco” lo invadió la incomodidad
Es la sensación que más le incomodó en el fútbol, al punto que estuvo cerca de desconcentrarlo previo a un clásico. Hablamos de lo que sintió Luis “Neco” Fernández cuando jugó por primera vez ante Saprissa, vestido de liguista.
“Había una incomodidad con un sector de la afición. Me sentía extraño porque iba a jugar contra mis compañeros, y tenía que meterle goles a mi equipo”, recordó.
Aquel juego en 1985 significó una lluvia de silbidos, ya que “Neco” estuvo en las divisiones menores de la “S” hasta 1978, luego se fue a la Liga, volvió al Saprissa y se vistió definitivamente de rojinegro en 1986. “Fue extraño para mí, la gente comenzó a silbarme y tuve que saber cómo digerirlo, aunque hay que ser claros que no me pasó como a Fonseca o Bryce. La gente era más razonable que ahora”, señaló.
“Solo queda hacerse el ‘maje’”
El defensor Róger Flores llegó al Saprissa en el año 1986, luego de jugar para Alajuelense y según su experiencia, la fórmula para superar los malos tratos de la afición rojinegra, fue “hacerse el ‘maje’”.
“Pase una semana tranquila. El que nada debe nada teme. Cuando empezó el calentamiento, el público comenzó a decirme cosas. Se notó que me estaban esperando”, dijo.
Flores reveló que la clave para superar aquellos 15 minutos de calentamiento que se volvieron eternos, fue la concentración.
“Desde que llegué empecé a vendarme, busqué una bola y la golpeaba contra la pared y así me metí en el juego”.
El exdefensor reveló que la fórmula para quitarse a la afición de encima, fue traerse otro futbolista de la Liga a la “S”: Juan Cayasso. “Yo lo metí y así la gente se metía con él y no conmigo”, agregó entre risas.
“Me enseñaban la camisa”
Esteban Sirias representa el único caso que disfrutó al máximo su regreso a su antigua casa (el Morera Soto), esto porque la afición lo recibió con pocos malos tratos.
Sirias jugó en el Saprissa a partir de 2010, aunque realizó todas sus divisiones menores en el cuadro manudo.
“Gracias a Dios he tenido concentración. No hubo gritos para mí. Pasé pensando eso durante la semana, pero en la banca se me arrimaban y decían mira y me enseñaban la camisa. Hay otra gente que me decía que esa era mi casa y tenía que volver. En eso no me fue tan mal”, comentó entre risas.
Añadió que en su paso por la “Sele” se pudo ganar el cariño del aficionado en general y por eso en los dos bandos lo trataron muy bien. “Es algo impresionante. Sentí un orgullo ya que estuve en los dos más grandes del país”, concluyó.