Saprissa vapuleó 0-4 a un flojo Uruguay

Franklin Arroyo

Redactor

Saprissa no está para ser piadoso, su historia lo demuestra.

Ayer agarró a Uruguay de Coronado, le metió cuatro goles, lo bailó, y lo puso en evidencia, como ya lo había hecho la Liga.

De paso, se subió al primer lugar del campeonato, ha convertido siete goles y empieza a dejar claro que en este torneo va muy en serio.

Y por si fuera poco, sacó algunos “lujitos”, ante los lecheros. El gol de Bustos, una joya para ver cuatro, cinco, seis veces en repetición. “Todas fueron a las gradas en los entrenamientos”, dijo Cancela. Bustos metió el que valía.

El pase de Cancela en el segundo gol, a Elizondo, otro lujo, que concluyó Sequeira, y el bañito, del mismo Cancela, en el cierre, que devolvió el horizontal, fueron bellezas del fútbol.

Y ni hablar de los cerca de 15 pases al promediar el complemento, con el “ole” incluido en las gradas. Como en los ochentas.

Uruguay no está para primera. Ese “chiqui chiqui”, no se usa ni en segunda. Hace un fútbol infructuoso e insípido. Ni para pegar sustos sirve.

Que alguien le diga a Randall Chacón, el técnico, que cuando se usa ese estilo, se debe tener profundidad en el último cuarto. Dinámica, velocidad, imaginación. Y presión en la marca.

A Saprissa le bastó que Cancela jugara a ratos, que Colindres se inspirara, que Bustos se fajara y que el equipo apretara clavijas, cuando quiso para “hacer loco”.

El primer tiempo fue agradable. Hubo 30 minutos de lucha, de alternativas, con cierto dominio “aurinegro”, con algunas llegadas de Scott y Gabriel, pero sin esa capacidad de inquietar.

A Saprissa le dio pena ese dominio. Se fue al frente, llegó tres veces y se fue al descanso con una goleada a favor.

El complemento fue aburrido. Ya el juego estaba decidido. De antemano, se sabía que Uruguay no tendría respuestas y el coraje, ante Saprissa, no basta.

Saprissa la llevo suave. Esperó atrás, tocó en la media y desbordó por los extremos, sin meter el acelerador al fondo.

Los cuatro goles fueron los justos. Reflejan la realidad de un equipo que maneja conceptos ofensivos, que tiene más intensidad, más ideas, y de uno que viene de ser campeón de segunda.