El “Machillo” se convirtió en el primer técnico manudo con tres títulos seguidos. En este Invierno 2011 supo contrarrestar la dificultad de muchas bajas en el cierre

Hermes Solano Rodríguez

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Hermes Solano Rodríguez

Llegó a Alajuelense en medio de la oposición de muchos aficionados que no le perdonaban su etapa saprisista.

Ya tiene un año y medio al frente del equipo y sus cuentas se traducen en éxitos.

Puede o no gustarle a la prensa o a la afición cómo juega el cuadro manudo, pero los tres títulos consecutivos logrados hablan del buen trabajo del “Machillo” en el cuadro erizo.

Lo decía Mauricio Montero: ya hay que darle el crédito que se merece al técnico manudo.

Los resultados y logros hablan por sí solos de lo que ha hecho desde que llegó al equipo.

Después de cinco años de sequía, en Invierno 2010 puso a la Liga en la cúspide del fútbol nacional y de ahí no la ha bajado hasta este momento.

Ramírez se convirtió en el primer entrenador liguista en lograr el tricampeonato, por lo que inscribió su nombre en la historia del equipo.

Y lo hizo con un equipo plagado de bajas por lesiones y suspensiones, sin su mejor jugador Pablo Gabas, pero supo contrarrestar todo eso y aunque no era favorito en la final, puso de nuevo a los manudos a celebrar un nuevo cetro.

Con pasta

El “Machillo” arrancó en el banquillo como asistente en el Saprissa de Hernán Medford; ahí empezó a forjar una carrera que continuó en la “Sele”, despu´és en Santos y que ya en Alajuelense logró consagrar.