El brasileño se va mañana del país, afirmando que el “Machillo” le enseñó mucho

Hermes Solano Rodríguez

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Escazú. - Lo presentaron en enero de este año como goleador, como el hombre que llegaba a solucionar los problemas ofensivos que tenía Alajuelense.

Eso complicó el inicio del brasileño Marcelo Fazzio Sarvas en el cuadro manudo, porque él no es goleador. Su inicio en el equipo no fue el mejor, con penal errado al minuto 90 ante la UCR y con una polémica por haberle tirado agua al técnico Óscar Ramírez en un partido en San Carlos.

Pero fue el “Machillo” el que precisamente “rescató” a Sarvas, le encontró su puesto en el once y el sudamericano se convirtió en pieza vital del equipo para al consecución de los últimos dos cetros del conjunto rojinegro.

“Cuando todo estuvo en contra él siempre me respaldó, me dio mucha confianza para jugar, me aportó mucho”, comenta el futbolista, que cuenta las horas para dejar el país y marcharse, primero a Brasil de vacaciones y luego a los Estados Unidos, para integrarse a Los Ángeles Galaxy.

“Óscar es hoy el mejor entrenador que tiene Costa Rica. Son tres torneos y tres títulos. Es un hombre muy sencillo, con corazón muy grande, que trabaja mucho”, dijo, sin cansarse al elogiar al técnico manudo, pues asegura le encontró a él su puesto ideal.

Con Ramírez se va muy agradecido, reiterando que lo ocurrido en San Carlos a inicios de año fue una broma que no volverá a hacer nunca más.

Volverá

Alajuelense le sirvió de vitrina en la Concacaf Liga Campeones para que el Galaxy volviera sus ojos a él, pero no quiere decir adiós, sino hasta luego.

“Es mi segunda casa, encontré muchos amigos, todos me trataron súper bien, fueron muy amables. A la institución le tengo un cariño muy grande, marcó mi carrera. Mi corazón es rojinegro; salgo muy contento, queriendo volver”, manifestó.

Sarvas se va con dos medallas de oro en su pecho y con un gol en final, la del domingo, además de haber anotado en la tanda de penales que definió el cetro.

Para él, éste título tiene un gran sabor por todo lo que vivieron en el equipo y el ambiente que se generó alrededor de ellos.

“Éste, por todo, por las finales, las lesiones, todo lo que se habló. El torneo deja un aprendizaje muy grande para la afición, los medios, los periodistas, de que el fútbol no se maneja con palabras, sino con hechos y la Liga tenía 11 o 20 jugadores con un corazón muy grande”, aseguró.

Sarvas se va dejando un muy buen sabor de boca por su juego, esperando volver en cualquier momento y retirarse aquí.