La Liga aprovechó la opción más clara que tuvo y liquidó el partido. La balanza es rojinegra

Milton Montenegro

Redactor

San Juan de Tibás.- “Sueñen, sueñen morados, que campeones jamás lo van a hacer” (galería de fotos del partido).

Así le cantaron los manudos a los saprissistas y al menos a como pintan las cosas, ese cántico se podría hacer realidad.

La Liga tiene la mesa servida, ganó de visita, cierra en casa y tiene a los morados contra las cuerdas y groguis, casi tendidos.

Para tomar aire, para levantarse y aspirar a la final, el “Monstruo” necesita imponerse con dos goles de diferencia en el Morera.

Una tarea difícil, pero no imposible, pero sin su goleador, Jairo Arrieta, quien cayó en la trampa de Porfirio López y Johnny Acosta, se dejó expulsar y con la presión de imponerse a como de lugar, la final pinta que será entre Herediano y Alajuelense.

Los jugadores de la “S” aseguran que le darán vuelta al partido, que el 1 por 0 no pesará y más aún, Douglas Sequeira vaticinó que van a pasar y estarán en la final.

Para que los tibaseños sean profetas, deben concretar las opciones que fabriquen y no como ayer que tuvo varias claras, pero la mayoría de las veces, enviaron el balón sobre el horizontal.

La Liga fue lo contrario, recatada, precavida, muy al estilo del “Macho” Ramírez, insinuó cuando se vio con un hombre más, cuando tuvo todo el segundo tiempo para marcar esa diferencia numérica y anotó la ocasión más clara. En el tercer remate directo que hizo a lo largo del compromiso, Alajuelense selló la victoria.

Otra vez Saprissa se quedó con diez hombres, de nuevo Guimaraes, quien hizo un gesto de reprobación, una mueca para buscar una respuesta ante la roja que se ganó Arrieta, miró desde el banquillo como sus pupilos le servían la mesa a los rojinegros.

Quedar con diez no es culpa de la Liga, que “Guima” culpe a Arrieta, si es que va a salir de nuevo que con once es otra historia. Con once está contra la pared y obligado a vencer en el Morera.

En un juego de roce, de meter pata, de fuerza y más faltas que fútbol, más reclamos y miradas de muerte que espectáculo, la Liga ganó, aprovechó y tiene un pie en la final.

Cualquier cosa puede pasar, pero de momento los manudos gozan, saborean el 1 a 0 y cantan: “Sueñen, sueñen morados, que campeones jamás lo van a hacer”.