Opinión

Amado Hidalgo

Periodista

¿Y si el equipo de las deudas, los incumplimientos, los paros, las burlas a sus jugadores y del circo mediático fuese Limón, con su mecenas en la cárcel?... ¡Qué fácil sería zafarle la tabla y condenarlo al abismo de la Segunda División!... Ni El Chapulín Colorado, Linterna Verde y toda la legión de súper héroes sería capaz de acudir en su auxilio.

Ya le pasó a Barrio México el año anterior. Mientras su accionista mayoritario estaba en prisión, la Unafut le quitó la franquicia porque no podía con sus deudas, pero nadie buscó una solución para salvar a una entidad futbolera de tradición y a un grupo de humildes jugadores. La ley del futbol tampoco es igual para todos. El Herediano reúne los vicios por los que la FIFA ordena desafiliar a un miembro de liga. Es la antítesis de lo que debe ser una organización deportiva, pero nadie se atreve a ponerle alto a su desmadre. ¿Será por miedo a la familia Sotela? ¡Qué no hay una denuncia concreta! ¡Qué la Unafut no puede actuar de oficio! ¡Qué doña Roxie invirtió mucho dinero y es justo que recupere algo! ¡Pamplinas! Todas son excusas para no aplicar la reglamentación que prohíbe a un afiliado como Herediano ridiculizar a todo el futbol de Costa Rica como organización. El “Team florense” es un equipo legendario y glorioso, que merece vivir su presente con la misma dignidad que vivió su pasado… Aunque sea en segunda división.

Si la afición y empresa herediana se hubiese comportado ayer como hoy, nunca habría caído en manos del sepulturero. Si mantienen el respaldo que afloró a la luz del campeonato, un nuevo Herediano emergerá de sus cenizas, para nunca más bajar al fantasioso mundo en el que cayó de la mano de “Peter Pan”.

¿O será que la Unafut está esperando a que crezca Peter Pan o que el capitán Garfio lo meta en una prisión para entonces si, facilito, aplicar la ley que a otros encajó?