El noruego Richard Henriksen sufrió momentos de pánico cuando la barra desde la que se columpiaba antes de hacer un salto “acrobático” – colocada en el extremo de un acantilado- se rompió inesperadamente, informó la web ninemsn.com.
El intrépido hombre, cirujano de profesión, cayó unos 1.200 metros de altura, logrando escapar la muerte al desplegar a tiempo su paracaídas.
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