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Tibás.El Real Salt Lake trajo desde Estados Unidos las bajas temperaturas que atacan Sandy, Utah, donde son locales para enfriar un Ricardo Saprissa a reventar y así congelar el sueño de los morados por volver a un Mundial de Clubes.
El planteamiento defensivo de los estadounidenses fue una verdadera nevasca para el ímpetu nacional, que en principio ilusionó a su afición, con una agresividad similar a la de los rayos del sol a las 12 mediodía en cualquier playa de nuestro país.
Una pequeña sensación de regularidad térmica logró Luis Diego Cordero, cuando fusiló de pierna izquierda y desde fuera del área al arquero Rimando. Pero la verdadera ola de frío que puso bajo cero la temperatura en Tibás, la hizo el gol de Olave, defensor del Salt Lake que aprovechó un entrevero en el área.
Así la motivación de ser considerados como parte de la crema del fútbol a nivel de clubes, se derritió, como cuando un pedazo de hielo pasa a ser simple agua.
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