Deportes
Martes 2 de agosto de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

Opinión

Sin retaguardia no hay vanguardia

Julio Rodríguez B, periodista

redaccion@aldia.co.cr

En el primer partido de la sub-20 frente a España ocurrió lo de siempre. Y no me refiero a lo siempre con jugadores juveniles, sino con todas las selecciones, excepciones aparte. ¿A qué me refiero? Al aspecto psicológico, al nerviosismo. La historia es vieja y debe de haberles ocurrido a todos los equipos y selecciones del mundo, mientras no se hayan tallado una personalidad sólida, que solo se alcanza con el tiempo, a punta de procesos y en el marco de un torneo interno razonable y productivo. Lo anterior quiere decir que diversos factores conspiran contra el desenvolvimiento de nuestros equipos y selecciones en justas internacionales. De aquí la importancia y necesidad de trabajar no por inspiración o por emoción, sino conforme a un plan. Esto se llama planeamiento, una dimensión inapelable, desconocida en nuestro país en el deporte, en política y el funcionamiento del Estado.

La selección sub-20 exhibió chispazos de calidad, pero unos cuantos casi-casi no forman un equipo victorioso. Se requiere mucho más, máxime cuando la falla se encuentra en la defensa. Si esta se resquebraja, por el nerviosismo o por el decaimiento de algunos jugadores, todo el edificio se tambalea. Las pifias de los defensas se complementan con la imprecisión de los volantes y de los delanteros. Esto nos ha ocurrido en numerosos capítulos del futbol tico en el campo internacional. Este es uno de los grandes desafíos de nuestro futbol, que se torna ahora mucho más comprometedor por el progreso general en este deporte, sobre todo en Concacaf. La nota positiva es que si la sub-20, pasado este chaparrón psicológico, logra ordenarse en la defensa y aplomarse en la media cancha, podrá, por la calidad de algunos jugadores claves, sacar provecho de los partidos restantes. La dimensión corporal, la psicológica y la mental deben conformar una unidad lo que, a punta de golpes, se aprende, como todo en la vida.