“Mi objetivo no solo es pasar la eliminatoria, sino sorprender en el Mundial 2014”.
Esas declaraciones que esbozó el técnico argentino Ricardo La Volpe el 10 de setiembre del 2010, cuando estampó su firma con la Tricolor, se las llevó el viento.
El argentino no aguantó y tiró la toalla en agosto del 2011, 10 meses después de su contratación. Fue tiempo perdido para la Selección Nacional, ya que el “Bigotón” no dejó una base formada.
Se embolsó ¢250 millones, y en los 17 partidos que dirigió, donde apenas ganó tres y obtuvo un rendimiento del 39,2%, convocó a 64 jugadores.
“Íbamos por un camino difícil, a los tumbos, pero íbamos caminando. El fútbol se basa en resultados y objetivos, la pelota es redonda y hay que seguir”, expresó La Volpe en el momento de su ruptura.
Al final no fue como lo dijo el jerarca de la Fedefut, Eduardo Li, cuando lo fichó que aseguró: “dimos un golpe de timón”.
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