Con frecuencia me preguntan aficionados y periodistas sobre la clave para haber logrado el crecimiento y profesionalismo como futbolista. Sin dudar respondo: la actitud, la confianza y el trabajo.
Actitud, porque no desmayé cuando el entrenador del equipo infantil de Liga Deportiva Alajuelense, no me ponía a jugar porque me decía que no tenía condiciones.
Actitud, porque supe seguir cuando en el año 2004, el club PSV Eindhoven de Holanda no me contrató, luego de hacer una prueba de un mes con su equipo filial el Heracles, porque dijo que podía pagar mucho menos dinero por un jugador con mis condiciones.