Deportes
Domingo 15 de mayo de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

Detalles del torneo que terminó anoche

Un verano sin sol

Kenneth Hernández Cerdas

kenneth.hernandez@aldia.co.cr

El Torneo de Verano es historia. Anoche bajó la cortina que clausuró una campaña marcada por altibajos de clubes, polémicas, destituciones de técnicos y hasta la expulsión de uno de los equipos participantes.

Por encima de los números que usualmente arroja un certamen, quedaron grabados distintos hechos, que de una u otra forma, marcaron el camino hasta desembocar en la final disputada ayer en Alajuela.

A medio camino, Barrio México acabó borrado del mapa de Primera División y por ello, en la mesa hubo repartición de puntos; Saprissa, uno de los más beneficiados, obtuvo por esa vía seis unidades gratis.

Doce técnicos arrancaron el campeonato, nueve de ellos lo terminaron; Santos y Puntarenas fueron los clubes que aplicaron la tijera, pues utilizaron tres entrenadores. El equipo naranja empezó con Alfredo “Diablo” Contreras, luego llegó Mauricio Wright y finalizó en el puesto el veterano Juan Luis Hernández Fuertes. Los porteños hicieron su peor campaña desde que asomaron la cabeza en la máxima categoría en el año 2004.

Por su parte, los santistas iniciaron con Henry Duarte, luego siguió Gustavo Martínez y concluyó Marvin Solano; este último había empezado con el cuadro mexicanista.

Dejar a la “S” sin título le costó el empleo al azteca Juan Manuel Álvarez, a quien enviaron de vuelta a su país como vino a suelo tico, sin pena ni gloria.

Como dato particular, ningún equipo metió cinco goles en un mismo juego, Universidad de Costa Rica firmó la boleta de regreso a la Liga de Ascenso y Brujas jugó su última campaña, pues la franquicia pasó a manos de Orión FC-Desamparados.

Limón le añadió sabor al Verano, pero se desinfló a la hora buena, Pérez Zeledón anduvo de bajo perfil y Cartaginés un año más quedó en sala de espera. ¡La cuenta va en 71 años!

Heredia no se quedó atrás y emuló a los brumosos, soñó con el título y repitió el desenlace común: no ganó nada.