Opinión

AmadoHidalgo

Periodista

En Costa Rica escasean los buenos futbolistas, pero germinan como abejones de mayo los pleiteros con “tacos”, lo que en mis tiempos de niñez eran conocidos como “chuchinguitas”, porque les gustaba golpear de a montón.

Quedó evidenciado en ese cruce de palabras y acusaciones mutuas que vino después de las trompadas y actos de salvajismo entre liguistas y heredianos.

“Lula” Montero, buen jugador pero muy mal perdedor, atizó la hoguera señalando que Óscar Ramírez le cae mal (como si eso fuese suficiente motivo para odiarlo) y para colmo le recordó al presidente manudo, Raúl Pinto, que él sabe dónde vive para que puedan arreglar las cosas.

“Mambo” Núñez despidió la tarde de golpes amenazando con que el bochorno puede volver a ocurrir, si es que tiene que pasar.

En Alajuelense, Heredia y en casi en todos los equipos, hay “pleiteros de ese tipo”, que se la pasan provocando y poniendo cara de angelitos ante el árbitro, que esperan su descuido para lanzar un manazo, una barrida innecesaria para que el rival aprenda a respetar, o bien un codazo disimulado que parezca obra de la casualidad.

Por eso quiero invitar a esos “enemigos declarados” que hay entre liguistas y florenses, para que dejen de ensuciar el futbol y espantar a la gente de las gradas. Que se busquen en esos lugares comunes donde cada uno sabe que el otro está y allí, sin padrinos y sin muletas, arreglen lo que tengan que arreglar.

Pero como sé que no lo van a hacer, porque “perro que ladra no muerde”, entonces los invito a que, de la mano, “El Mambo” y Acosta, “Lula” y Meneses, Moreira y Salvatierra… Y todos los demás, vayan a una terapia conjunta de grupo, donde les quiten ese complejo de boxeadores “gorreros”…