Al Día visitó al jugador del Fulham en Inglaterra / El nacional disfruta de estar solo, aunque la ausencia de su hijo lo mata

Esteban Valverde

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Londres, Inglaterra.- La soledad invade a Bryan Ruiz en Londres, pero el nacional es claro en que disfruta de “acompañarse a estar solo” (parafraseando una canción del cantante guatemalteco Ricardo Arjona).

Bryan vive en un lugar llamado Arcadian Place, ubicado en el barrio de Wimbledon, a tan solo 500 metros de donde se hace el prestigioso torneo de tenis y a media hora del centro de Londres, un barrio donde no hay presas y las bajas temperaturas tiene las zonas verdes, amarillas.

Vive una casa al estilo tico, de dos pisos (hay que tener en cuenta que los hogares en Londres en su mayoría son de varios), en donde no son necesarias alarmas contra robos, verjas y las puertas solo utilizan un picaporte.

“Lo que más me gusta de Londres es la seguridad que me da. Aquí no tengo que preocuparme de que me puedan robar. En cambio en Costa Rica, ya se sabe cómo son las cosas”, cuenta el ariete, que aún así es claro en no cambia su natal Alajuelita por ninguna ciudad.

“Uno tiene un buen salario, pero deja la familia. Crearse una vida es complicado y ese sacrificio nadie lo entiende, pero bueno, así es nuestra vida”, afirma con cierta nostalgia.

¿La razón? El atacante tiene cuatro meses de no ver a Matías, su pequeño de casi cinco años. “Mi hijo. ¡Solo imagínese! Él está creciendo y yo no lo estoy viendo”, sentencia con un nudo de la garganta, del cual logra escapar con un suspiro.

En el interior del aposento, unas cuantas Coca Colas en la refri, una Salsa Lizano y la sala. Todavía el tico se está acomodando.

“Normalmente como en un restaurante de pastas que es genial. En la mañana desayuno en el club y luego me vengo a descansar”, comenta sobre su rutina.

Por la ubicación, al delantero se le hace más sencillo viajar en metro, que en su propio automóvil. “Es más barato, porque Londres es una ciudad muy cara”, añade el exfigura del Twente, quien camina alrededor de kilómetro y medio para tomarlo.

Otros aspectos como la religión, para el futbolista formado en el Proyecto San José de rescate de valores, son trascendentales en el mundo del fútbol y Bryan lo ve como que “Jesús es más que un templo de lujo con tendencia barroca” (volviéndome a apoyar en Arjona, quien para este momento de la entrevista ya lo siento conocido).

“Lastimosamente, uno va a la Eucaristía y no entiende mucho. Entonces creo que mi relación con Dios es más íntima, la oración es lo importante”, valora.

Así, en un fin de semana, el artillero del Fulham aplica la frase, “solo de fútbol vive el hombre”. “Los sábados, si no tengo juego, me acuesto tarde viendo los de Costa Rica y los domingos duermo hasta que me duela todo de dormir y me levanto a ver partidos”, agrega entre risas.

Así es la vida del máximo exponente del fútbol tico en Inglaterra, un país donde la vida es agitada y el tiempo vuela, pero él no aparenta vivir allá, ya que traslada la pasividad de nuestro país en su forma de ser, aunque viaje a 70 km/h con su amigo Arjona, de fondo en toda la entrevista.