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Miércoles 16 de mayo de 2012, Costa Rica
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Opinión

El técnico sin pizarra

Amado Hidalgo

Periodista

Salvo un milagro, Herediano será campeón de la mano de Odir Jacques Ferreira, un técnico que no estaba en los planes de nadie desde hace mucho años y a quien todos dábamos por jubilado.

Su retorno al banquillo florense y el éxito alcanzado, abre varias interrogantes en el mundillo futbolero local: ¿Por qué sin tener licencia, un autodidacta en la materia se impone a un grupo de entrenadores con estudios y formación? ¿Son muy malos los demás, o acaso es la planilla florense la que hace la diferencia? ¿ Es el título de técnico necesario para triunfar en el banquillo?

Creo dos cosas al respecto. La primera es que los entrenadores emotivos, por lo menos en nuestro futbol, tienden a obtener resultados a corto plazo. “Badú” lo hizo con La Liga, como también lo consiguió Guilherme Farinha, y ahora Odir Jacques. El discurso y una actitud positiva, sin temores, puede muchas veces más que la estrategia y la pizarra. Cuando se prolonga la estadía en el banquillo de un técnico con esas cualidades, el efecto motivacional se desgasta, deja de surtir efecto, y empiezan a desnudarse sus carencias. Por eso son entrenadores de corto plazo.

La segunda conclusión es que una buena planilla vence al mejor de los entrenadores, si éste no tiene el respaldo de un conjunto sólido. Todos esos técnicos, posiblemente, no habrían conseguido un título de no tener grandes equipos. Herediano es, desde hace tres temporadas, el mejor grupo de jugadores del país.

Cuando un técnico tiene un conjunto de lujo, le basta con decir “vayan a la cancha y hagan lo que saben hacer”.

Y Odir pasará a la inmortalidad del Herediano, sin ser un gran técnico. Y entonces sus colegas tendrán que replantearse qué están haciendo malo, que un señor que no fue a la escuela sea hoy quien recibe los aplausos en el día de la graduación final.