Opinión

Milton Montenegro, periodista

mimontenegro@aldia.co.cr

Si usted hace números, seguro le pasará lo mismo que me sucedió, pierde la cuenta, no sabe cuántos clásicos ha visto, pero el de mañana hay que verlo.

El miércoles me dijo el exfutbolista Steven Bryce: este clásico hay que mirarlo desde el primer minuto hasta el último. Tiene toda la razón, nunca antes como ahora, se hace cierto aquello de que todo juego es distinto y un clásico es una historia aparte.

¿Por qué no se puede despegar la mirada de lo que pase en la cancha, según dijo Bryce?; porque pocas veces como ahora, los equipos llegan tan parejos. Y peleando la cima.

La Liga y Saprissa prácticamente están iguales en todo, solo un punto separa a uno del otro, el rendimiento es similar, en el duelo anterior empataron, luchan por el liderato y a los dos les urge ganar.

Los manudos requieren la victoria y ojalá convincente para enterrar de una vez por todas, ese 5 por 0 que les recetó el Tigres de México.

Los morados precisan del triunfo para intentar amarrar algo que no han podido sostener en varias fechas seguidas, el liderato. En una jornada son líderes y a la siguiente los desplazan. Pero sobre todo, los tibaseños necesitan imponerse para callar a quienes critican su juego, lo tachan de feo, poco atractivo. Pero es efectivo, al menos les ha resultado, ganan y pelean por la cima.

Hay mucho en juego, ¿quién llega mejor?, me parece que la Liga. ¿Cuál ganará?, no vaticino, solo espero un juegazo, que ambos equipos acaricien la pelota; “cortita y al pie”, dijo Alfredo Di Stéfano.

Y si no es así, si se impone la táctica, la rigidez de los esquemas, no importa, clásico es clásico, un juego que se cocina aparte.

Hay que verlo y mañana nos daremos cuenta si los técnicos, pero sobre todos los futbolistas, lo cuecen con leña, gas, electricidad, a fuego lento, en baño maría, o a alta temperatura hasta que haga ebullición.