San Marcos de Tarrazú. - “No es el Alejandro Morera Soto, pero esto no es un potrero”, así defendió Juan Luis Hernández Fuertes las condiciones del estadio de San Marcos de Tarrazú, que sirve de sede del Orión FC.
Un escenario cuya infraestructura tiene notorias limitaciones y puestas en evidencia ayer con la visita del tricampeón Alajuelense.
De entrada se confirmó lo lógico, un estadio de pueblo, con solo una gradería, acondicionado de emergencia para recibir encuentros de la máxima categoría. Aparte de lo árido del césped, afuera del campo, hubo afición que observó el juego sentada en una loma, otros lo hicieron pegados a la malla (entre ellos dirigentes de la Liga), e incluso el equipo casa utilizó como camerino una parte del gimnasio municipal ubicado junto al estadio.
También fue notorio el descuido en el sector de orinales y servicios sanitarios.
Adrián Rojas, comisario de la Unafut designado al partido de ayer, reconoció que “el estadio tiene limitaciones de infraestructura, este momento se está cumpliendo con lo mínimo para recibir un juego de Primera División y se le tienen que hacer muchas mejoras”.
Carlos Chamberlaín, dirigente rojinegro, indicó que “aplaudo el esfuerzo que hace Orión y la gente de la zona de los Santos, pero las condiciones de infraestructura están muy lejos para un estadio de Primera División. No tiene buena visibilidad casi desde ningún sector. Le falta mucho”.
