Los campeones del Premundial de fútbol sala regresaron a sus labores

Karla Barquero

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Cuando muchos equipos consiguen logros importantes, lo usual es que los lleven a celebrar o les organicen un almuerzo.

Sin embargo, ese no es el caso de la Selección de Fútbol Sala, quienes a pesar de que consiguieron apagar la sed de una docena de años sin lograr un campeonato a la altura de Concacaf, tuvieron que “aterrizar” de una vez y volver a lo cotidiano, porque de eso depende su sustento diario.

Llegaron apenas el lunes de tierras chapinas y ya el martes a primera hora se reportaban en sus trabajos.

Tal es el caso de Jorge Arias, quien trabaja como taxista.

El designado como el jugador más valioso del Premundial, forma parte de la llamada “Fuerza Roja” del país desde hace 8 años.

“El taxi es mío, pero lo trabajo con un compañero; yo lo manejo durante las mañanas”, dijo.

En el tiempo que estuvo fuera del país dejó su vehículo a cargo del compañero, que lo conduce en las noches.

De acuerdo con Arias, recibió felicitaciones no solo de su familia, sino de varios compañeros taxistas que lo llegaron a visitar.

Le apostó al futsala

Uno que definitivamente se la “jugó” en grande fue Michael Córdoba, ya que se encuentra en periodo de prueba en su trabajo actual.

“Pasé con mucho estrés porque estaba en capacitación en un ‘call center’ de una cooperativa que pertenece a CoopeAnde, y en el área en la que estoy se maneja mucho número y después me iba a los entrenamientos”, comentó el seleccionado, que regresó a labores ayer.

Para poder ir a Guatemala, Córdoba tuvo que pedir un permiso “sin goce de salario” a pesar de ser el “nuevo” del trabajo.

“Se hace un esfuerzo muy grande. Gracias a Dios logramos clasificar al Mundial y conseguir el triunfo de Concacaf, porque uno deja muchas cosas importantes por practicar fútbol sala, aunque no sea muy bien remunerado”, admitió.

En la cooperativa, el campeón de Concacaf se dedica al Servicio al Cliente; es decir, atiende llamadas de los profesores que están asociados y los guía en consultas.

A pesar de ser el nuevo, el lunes recibió la llamada de su jefe para felicitarlo por el logro de la “Sele”.

“Cuando hablé con mi jefe me comentó que en el trabajo están muy felices por lo logrado, y que estuvieron pendientes durante el premundial”, aseguró.

Como Arias y Córdoba, otros tuvieron que regresar a sus respectivos trabajos, pero los que estudian también tendrán que completar la tarea de ponerse al “hilo” de las lecciones perdidas, mientras estaban en Guatemala.

Algunos de los seleccionados que se dedican al estudio son Daniel Carrera, Christopher Molina, Álvaro Santamaría, José Guevara y Érick Brenes.

Los dos primeros se encuentran terminando el Bachillerato, mientras que el resto cursan carreras universitarias.

Las historias de ellos son muchas y variadas, pero lo cierto es que todos nuestros campeones comparten la misma pasión y amor a la camiseta, lo cual es digno de destacar.

Fajado en la bodega

El designado como el mejor portero del Premundial, en su diario vivir deja a un lado sus guantes para colocarse otros, que le ayudan a cumplir mejor sus labores diarias.

Jairo Toruño trabaja en una bodega de IESA en Barrio México, en donde desde hace 8 años se encarga de alistar pedidos de materiales eléctricos. De acuerdo con el arquero, el martes tuvo una cordial bienvenida de sus compañeros de trabajo y de otras áreas de la empresa.

“En la tarde vino el Gerente General y dijo: -¿dónde está el campeón de Concacaf?-. Yo aproveché para agradecerle por todo el apoyo y los permisos brindados”, dijo.

El cancerbero vive en Concepción de Alajuelita y se esfuerza en su trabajo, ya que busca ajustar dinero para la compra de un lote.

En esa misma empresa labora Edwin Cubillo, desde hace tres años y se encarga de cortar cables y hacer despachos de pedidos.

A pesar de que tenía mucho trabajo por hacer, dijo que sus compañeros sacaron el tiempo para felicitarlo. “Otros me pasaron molestando con el logro”, dijo entre risas.

Volvió engripado

Pedir vacaciones es un sueño y nada de buscar una incapacidad. A pesar de que pescó en tierras chapinas una fuerte gripe, Junior Rodríguez regresó el martes a su trabajo.

“En la tarde me inyecté, me siento mejor. No puedo solicitar vacaciones porque el permiso era hasta el lunes, pero recibí muchas felicitaciones”, aseguró el jugador de 32 años.

Desde que cumplió los 18, este Administrador de Empresas e Ingeniero en Telemática, está con el ICE.

Comenzó en Servicio al Cliente y ahora se desempeña en la parte de Certificados de Servicios y Terminales.

Jefe lo premió con semana libre

Algunos de los campeones sí consiguieron descansar un poco más tras su regreso de Guatemala.

Por ejemplo, a Diego Zúñiga, su jefe lo premió y le dio libre toda la semana, así que volverá a vender camisetas en la tienda T-Shirt de San José hasta el próximo lunes.

“Mis jefes me llamaron para felicitarme y premiarme. He estado celebrando más tanquilo, espero ir este fin de semana a la playa”, aseguró el joven, que ayer cumplió 22 años.

Otro que pasó libre el martes fue Marco Carvajal, quien puede darse este lujo, ya que es su propio jefe.

“Tengo un negocio propio que manejo yo solo, me encargo de la distribución de pollo a sodas, empresas, restaurantes y comercios”, aseguró.

De acuerdo con Carvajal, quien es padre de un pequeño de dos años llamado llamado Thiago, realiza esta labor desde hace seis meses.