Deportes
Miércoles 10 de agosto de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

Gran partido de la “Sele” ante Colombia, pero no alcanzó

¡Que se miren a los ojos!

Esteban Cuvardic, enviado especial a Colombia

ecuvardic@aldia.co.cr

Bogotá, Colombia.- “Quiero que nos podamos mirar a los ojos”.

El deseo de Rónald González, antes del partido contra Colombia, significaba que quería que sus muchachos hicieran un partido digno, más allá de que se ganara o perdiera.

Bueno, pues Rónald puede estar tranquilo. No fue un partido digno de Costa Rica. No. Fue mucho más. Fue un partidazo de la Tricolor, que a punto estuvo de dejar fuera a los anfitriones del Mundial Juvenil.

¿Por qué quedó fuera Costa Rica? Por varias razones.

Primero, un dudoso penal de Ariel Soto al minuto 92, cuando ya se olía la prórroga.

Tan dudoso fue, que el árbitro no lo pitó. Fue uno de los asistentes. Si Colombia no hubiera sido el local, no lo señala.

Más allá de esta decisión (que más de uno podría calificar como “robo”), lo cierto es que la Tricolor no fue capaz de darle la puntilla a una Colombia que estaba contra las cuerdas.

Vean la jugada del 2-2. Doble fallo: un tico (creo que Joseph Mora) fue incapaz de reventar el balón. La pifió y ahí vino el centro, donde el portero Aaron Cruz cometió su único error de la noche y salió a cazar mariposas.

En cuestión de diez minutos, la “Sele” se vino abajo, y el estadio “El Campín” de Bogotá, repleto de cornetas como las vuvuzelas, se convirtió en un manicomio.

Con el pitazo final, Bryan Vega no pudo contenerse, se tiró al suelo y comenzó a dar puñetazos a la gramilla. Poco después, Keyner Brown y Jordan Smith se abrazaban desconsolados, mientras otro grupo de ticos reclamaba a más no poder al línea.

Pero Costa Rica, al contrario que en las goleadas contra España y Ecuador, se puede ir con la cabeza muy alta, pues dio su mejor partido del Mundial, demostró que sí es capaz de jugar bien.

Otro de los pecados de la “Sele” fue el descuido en el primer gol de Muriel, cañonero del Mundial con cuatro goles, el mismo que dice que “me parezco a Ronaldo”.

Pero, pese a todo, por primera vez en el Mundial nos vamos satisfechos con los muchachos de la “Sele”, con Golobio – otro increíble pase a Ruiz en el gol -, con el mismo John Jairo – anotador de tres goles en la Copa -, con el esfuerzo de Escoe y Campbell – por luchar solo contra el mundo -, con Pablo Martínez – buena labor en lugar de Yeltsin Tejeda -.

Y, sobre todo, nos vamos satisfechos con el coraje, con las ganas de los pupilos de Rónald González, quienes ahora sí, pese a la dolorosa derrota, pueden mirarse a los ojos, con la cabeza bien alta.