Georgina Ruiz, enviada de ESPN

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Esperamos que la cuota de desgracias en el Tour de Francia haya terminado en la primera semana. En total han sido 18 los corredores que han abandonado porque la conjunción de los astros parecen haberlo decidido. Esa fatalidad marcó el primer Tour del tico Amador desde la primera etapa, quien como otros ha rodado con lesiones que hubieran puesto punto final a cualquier atleta de élite. Dislocaciones y microfracturas son el pan de cada día que un cicista pasan como indavertidas con tal de continuar en la carrera más importante del mundo.

Una indignación colectiva también se vio colmada cuando un auto de la caravana desparece de tajo las esperanzas de dos corredores (Flecha y Hoogerland) que habían aguantado en la escapada de la etapa rompe-piernas con la que cerró la primera semana de competencia. Si no hay ajustes de fondo y no de forma en la caravana, estamos en vísperas de una verdadera desgracia. Esta entidad que viaja con más de mil personas cada día por la geografía francesa parece haberse transformado en un monstruo al que hay que contener de vez en cuando.

Lo que querían ver Amador y una colección de heridos y sprinters era la línea de meta en esta etapa 9. El calor reemplazó la lluvia como un factor de castigo en los 208 kiómetros colmados con 8 premios de montaña. No sabemos si las 24 horas de descanso serán suficientes para los más lastimados. De alguna manera habrá en los equipos más castigados un sentido de solidaridad, porque la brújula los dirige por un camino distinto con el cual quisieron zurcar este Tour.

“En estos días he tenido que cuidar un poco más la pierna, pero en carrera voy muy incómodo. Es muy lenta la recuperación porque la desinflamación se resiste a bajar”, comentó el tico. “Someternos cada día 200 kilómetros no me ha ayudado cuando el reposo es necesario”.

Este lunes no habrá que rodar a tiempo, pero rodar al fin. Andrey lo más seguro es que no salga a aflojar las piernas. Lo que necesita su tobillo es un merecido respiro. El tiempo en la general ya es secundario. Como hemos visto, la supervivencia en la carrera se ha convertido en la tarea.