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Guadalajara, Jalisco.- Cuando el mexicano Jorge Vergara tomó las riendas del Saprissa en el 2002, una de sus primeras promesas fue hacer un estadio nuevo.
Si Vergara hubiese cumplido su palabra, y además de ponerle cancha sintética y construye un nuevo inmueble, a lo mejor habría sido tan imponente como el estadio Omnilife, actual sede de las Chivas de Guadalajara y escenario donde se inauguró el viernes la XVI edición de los Juegos Panamericanos.
Es imponente desde el exterior, una especie de “dona” montada sobre un cerro rodeado de zacate lo hace más espectacular.
Su figura redonda, parece una hecha de lona, pero en el interior su construcción de cemento es amplia y llena de espacios para los asistentes, con escaleras modernas y su propia tienda.
El interior es majestuoso, desde cualquier punto de donde se mire. Eso sí y guardando las distancias, tiene cierto parecido al Ricardo Saprissa.
Su grada casi vertical, en el sector oeste que puede causar vértigo a aquellos que les dan miedo las alturas, el tipo de “graditas” para subir a lo más alto, y hasta la posición de los palcos entre los pisos tienen cierta semejanza.
¿Coincidencia? ¿O después de ver el Ricardo Saprissa, Vergara se inspiró en su estructura para construir su propio escenario deportivo?
¡Vaya a usted a saber! Solo Vergara y sus arquitectos lo sabrán, pero no me cabe duda de que el Omnilife, tiene ciertas semejanzas en su estructura al estadio tico.
Claro, el reducto mexicano es muy moderno, lleno de comodidades y butacas. Por cierto, el sector de prensa del Omnilife tiene la misma baranda de hierro que el de Tibás, para evitar que se de algún accidente, con los periodistas.
Este es solo el criterio de un humilde servidor, pero los saprissistas de “hueso colorado”, estoy seguro, de que estarían de acuerdo con mis apreciaciones.
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