Opinión

Milton Montenegro

Periodista

mimontenegro@aldia.co.cr

El tiempo pasa, lento o rápido y para los morados parece que voló. Hace un año Jorge Vergara hizo maletas y dejó Saprissa en manos de costarricenses, hace un año Horizonte Morado empezó a recuperar la identidad saprissista que el magnate mexicano le quitó.

Y el balance en este año para Juan Carlos Rojas y toda la gente de Horizonte Morado es bueno, tanto así que la gente, el aficionado volvió a creer y vibrar con el equipo.

Deportivamente, Saprissa lanzó la mirada a la cantera y la mayoría de los jóvenes aprovecharon, por eso tras un primer torneo no tan bueno con Alexandre Guimaraes en el banquillo, ahora la “S” le apunta y acaricia el cetro.

Los tibaseños cambiaron de rostro y se nota con solo mirar el estadio por fuera y por dentro, aparte de que el trabajo de mercadeo y comunicación ha sido bueno.

Es un año donde Juan Carlos Rojas y todo Horizonte morado pueden estar tranquilos, pero no satisfechos, todavía hay muchas cosas por mejorar, aún deben darle a los seguidores lo que tanto añoran, un título y volver a competir en el plano internacional.

Volvieron a traer extranjeros, pero fallaron, los dos son “ralitos”, no vinieron a marcar diferencia, pero es claro, Saprissa necesita foráneos, así que si éstos no dieron la talla, para el próximo torneo deben traer gente que la rompa.

Además, Rojas debe analizar si le dará continuidad a un técnico que no tiene lo que le sobra a don Juan Carlos, buen trato y manejo con la prensa y la afición. Solo el título hará que la afición olvide aquellas palabras que en el clásico lanzó como afilados cuchillos: “fuera Guima”. El tiempo que para los morados vuela, determinará los cambios, si sigue Guimaraes y con él Wálter Centeno en la cancha.

Pero el año de Horizonte Morado es bueno, un aprendizaje, donde Rojas se ha dado cuenta que no es lo mismo estar adentro, que llegar solo al estadio a mirar partidos.