El estadio Ricardo Saprissa celebra mañana cuarenta años de fundación.
Por su grama, primero natural, luego artificial, han desfilado figuras internacionales como Jurgen Klinsmann, Giovanni Dos Santos, Radamel Falcao, Carlos “Pibe” Valderrama y otros.
Lo que pocos saben es que la “Cueva” tenía como modelo el majestuoso estadio Azteca, el más moderno en esos momentos en América.
Ricardo Saprissa envió al ingeniero Mario Vargas a México, como se dice popularmente, a “agarrar volaos”.
El mismo Vargas lo relata así: “El Azteca causaba revuelo en esos días. Busqué a un ingeniero que era el jefe de productos de concreto porque en ese entonces apareció el sistema de pretensado. Y con ese sistema, lo hicimos”, dice Vargas.
Los terrenos se habían obtenido, a un precio muy cómodo en Tibás, gracias a la gestión de Manolo Rodríguez, un exjugador, que era el Presidente Ejecutivo del cantón de Tibás, según el historiador José Antonio Pastor.
“Convenció a la dueña para que rebajara una peseta cada vara cuadradada”.
Sin embargo, Vargas dice que el terreno no era lo grande que se requería para desarrollar el proyecto original.
“No tenía las dimensiones suficientes para desarrollar la pistas de atletismo. Entonces, el estadio se hizo má alto para la visibilidad”, explica Vargas.
Pero enfrentaron otra dificultad: el dinero. Se hicieron recolectas y la plata de los juegos de local (en el viejo estadio Nacional) se destinaba a las nuevas obras.
Se diseñaron estrategias como la venta de sacos de cementos y la vara cuadrada para que los aficionados ayudaran a la obra. Hasta se vendieron palcos con anticipación para captar recursos sanos.
“Se pudo construir completo el lado este, con los palcos iguales a los del Azteca, la gradería baja del norte, la gradería baja del oeste y la baja del sur”, añadió Vargas.
Allí se construyó un palco provisional, que se conoció como de los elefantes.
La capacidad era de 40 mil personas y de forma ovalada.
“Cuando se inauguró me quedé viendo el estadio abarrotado y dije, esto es un monstruo de cemento. En el momento pasaron dos periodistas que usaron esa frase y surgió el nombre del Monstruo”, dijo Vargas.
Otra cara
Hoy en día, el estadio se ha visto remozado. La más importante de las remodelaciones se dio en abril del 2004 cuando se puso la grama sintética.
Con eso, se contrarrestaron los efectos de la fuerte estación lluviosa del Valle Central.
En agosto del 2010 la cancha fue remodelada.
Anteriormente, a finales de los ochenta, se ampliaron las graderías sur y este.
Juan Carlos Rojas, presidente de Horizonte Morado, dueño del club, comenta que en los próximos 24 meses, invertirán cerca de $3 millones en remodelarlo más.
Dicha cirugía ya inició. Los vestuarios se han hecho nuevos. El de visitantes es uno de los más modernos del país, según Rojas.
También se han colocado sillas en el sector este y pronto se colocarán en el sector oeste.
Se ha invertido en pinturas, litografías y otras decoraciones y se aumentará la capacidad de los lumens a las torres.
“Como parte de un plan maestro, vamos a arreglar las zonas comerciales y los baños, y para el 2014 espero que esté el parqueo oeste, adoquinado”.