Saprissa pegó y celebró, se ilusionó con el triunfo, pero Alajuelense devolvió cada uno de los golpes sin dar tregua, y al final se salió con la suya con un empate 2-2.
Los manudos sumaron así su cuarto partido sin perder en “La Cueva”, esta vez en un partido trepidante, que a pesar de la lluvia, el frío y los errores, terminó gustando por la entrega y el fútbol exhibido por ambas escuadras.
La incertidumbre si se jugaba o no por la lluvia y la acumulación de agua en la cancha sintética, quedó a un lado con el inicio del juego, que desde el principio arrancó de la garganta de los seguidores de ambos clubes los gritos por las opciones fallidas.
Aunque la primera etapa fue más equilibrada con un cuadro morado al frente, el arquero Víctor Bolívar fue figura al ganar un mano a mano a Álvaro Sánchez y luego contó con la suerte del portero al salvarse en el epílogo del primer tiempo, tras un remate de Allen Guevara que se estrechó en el vertical.
Sin lluvia pero con goles
Con el fin de la lluvia en la etapa complementaria llegaron los goles y las emociones, justo premio para un Clásico que despertó la efervescencia de los aficionados que, bien mojados, al menos se vieron recompensados con un buen partido.
Error de Johnny Acosta en la marca y penal. José Carlos Cancela con toque suave engañó al guardameta Patrick Pemberton al minuto 50. Alegría saprissista.
Los manudos reaccionaron y una mano de Douglas Sequeira en el área es decretada como pena máxima por Henry Bejarano; Juan Gabriel Guzmán no titubeó y marcó el 1-1 al 62.
Con más orgulloso y corazón que otra cosa, Sequeira se reivindicó al aprovechar un error de Pemberton, quien falló en la salida, Alejandro Castro, ganó en las alturas y Douglas de cabeza anotó el 2-1 al 73.
Los saprissistas acariciaban la victoria, estaban cerca, saboreaban el poder ganar a su archirrival, hasta que Guevara centró desde la izquierda y de “palomita” Jorge Gatjens igualó los cartones al 76 para los erizos.
Doblete generaleño para salvar a los rojinegros, frente a un Saprissa que buscaba la explicación de lo sucedido.
Felicidad manuda, frustración morada sin duda, hoy más de uno con un buen resfrío y dolor de garganta, pero bueno, bien valió la pena la mojada.
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