Tener dinero, o aparentar tenerlo, no puede ser el aval para que un personaje del futbol pase por encima de las honras de sus propios jugadores. Y éstos no deberían permitirlo… Ni un título de campeón merece soportar el calificativo de mercenarios.
Hasta a un aficionado le coartaron la libertad de expresión porque pidió la salida de ese “hijo de mamí,” que nadie sabe qué puesto ocupa en el equipo campeón, pero que se comporta ante la prensa, sus futbolistas y los administrativos, como si fuera realmente el Rey Midas del balompié nacional. “No sé nada de futbol pero he hecho a dos equipos campeones”, ha dicho tras la jornada victoriosa del “Team”. Pero no aclaró qué es hoy de aquellas águilas liberianas que por volar tan alto, se cayeron de sus nidos y son apenas un triste recuerdo.
Los heredianos no pueden dejarse deslumbrar por la euforia de un título tan largamente esperado y sufrido. La memoria de hombres como don Isaac Sasso merece un minuto de pausa en esa vorágine de felicidad en la que se convirtió la provincia herediana. ¿Y qué garantiza que en un año el “Team” no terminará como Liberia?
Es hora de que esos jugadores florenses demuestren que el orgullo que despiertan en sus seguidores lo tienen merecido. Es el momento de que tengan un gesto de dignidad y se dejen de palabrerías como que “ya hablamos y arreglamos las cosas”, “ lo que pasa en el camerino se queda allí”, “ fue un mal entendido…”.
Que Odir Jacques haya hecho campeón al equipo no debe borrar las injusticias, ni los maltratos.
Si esos futbolistas le siguen haciendo el juego, acabarán dándole la razón y entonces ya nadie podrá ofenderse por ser llamado “mercenario”, pues será el dinero la única razón para soportar los maltratos de su patrón.
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