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Lunes 15 de agosto de 2011, San José, Costa Rica
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Cartaginés lleva tres empates en fila / Héctor Sanabria le devolvió el alma a Pérez Zeledón con dos tantos

Virus de empatítis agudo

Kenneth Hernández Cerdas

kenneth.hernandez@aldia.co.cr

Cartago.- A catorce minutos del final, Cartaginés se frotaba las manos con una posible victoria 2-0, sin embargo, se descuidó, Pérez Zeledón le sacó la billetera de la bolsa de atrás y le empató 2-2.

Los brumosos sufrieron de nuevo, esta vez en su cancha, donde la afición salió enojada por no celebrar una victoria que parecía ya estaba decantada.

El equipo de Johnny Chaves aflojó en el peor momento ya que tenía el juego en la mano, especialmente porque su rival no era lo suficiente contundente.

Cartaginés tuvo altos y bajos en el encuentro, inició agresivo y bajó el ritmo, esa irregularidad le impidió llevarse los tres puntos.

Se esfumó en un par de minutos

El cuadro blanquiazul abrió el marcador al minuto 6 por intermedio de Eduardo Valverde quien con un remate raso perforó al arquero Adrián De Lemos.

El segundo dardo brumoso lo ensartó el brasileño Eneas Da Conceiçao con un testazo al 63´.

Todo pintaba color azul para los anfitriones que se dieron de lujo de tirar por la borda chances claros sobre el meta Adrián De Lemos. No liquidar al rival recibió un pesado castigo, los locales dejaron que “PZ” saliera de atrás y en un par de ocasiones les borró la sonrisa y les arruinó el día.

El argentino Héctor Sanabria asumió el rol de figura y lo interpretó con creces; en el 77´ apuntó al arco y dio en el blanco, luego, al 79´ repitió la dosis, tras la endeble marca de los zagueros congeló al cuidapalos Luis Torres.

El grito de Sanabria silenció el “Fello” Meza cuyos espectadores vieron a sus jugadores derrumbarse en el pasto.

Digno lo de Pérez Zeledón porque se sobrepuso no sólo a un marcador opuesto sino a dos lesiones (Javier Loaiza y Róger Fallas) que obligaron al debutante Carlos Restrepo a reacomodar sus fichas.

Sin ser un partido de calidad extrema, los goles aderezaron el un duelo de sabores distintos, para los cartagos supo a derrota, mientras que a Pérez le elevó la moral al tope al salvar un barco que iba directo al naufragio.

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