El penal de la discordia calentó los ánimos de los camerinos. Mientras los griegos gritaban que a ellos nadie los vencía en casa, los visitantes les gritaban que se callaran. A la hora de entrar al camerino se separaron ambos cuadros que pensaban pelear por ese penal, para muchos fue mal pitado.

“Dominamos el primer tiempo, tuvimos una expulsión y ellos levantaron la cabeza... a nadie le gusta perder y menos de esta manera y más molesta que hagan comentarios que no se deben hacer después de un partido”, dijo el liberiano Kenneth Gamboa.