Un embarazo normal y un nacimiento por cesárea –al final de una tarde– le dieron la vida hace 19 años a Yeltsin Tejeda Valverde, en el hospital Tony Facio.
Es la nueva promesa del fútbol limonense que hoy da sus primeros pasos con la camiseta número 6 del Deportivo Saprissa.
Saltó de la selección cantonal de Limón, al seleccionado sub-17 que asistió al campeonato mundial de Nigeria del 2009, antes de ser inscrito por los morados.
Luego vino otro en la categoría sub-20, celebrado este año en Colombia y, del cual, a su regreso, pasó al primer equipo del Saprissa. El 24 de agosto debutó frente al Municipal de Pérez Zeledón.
“Esa noche pensé que comenzaba a recoger los frutos de los grandes sacrificios que, por años, habían hecho mis padres para que llegara donde estaba en ese momento. El sueño de mi vida, de jugar en primera división con el Deportivo Saprissa, se estaba cumpliendo”, recordó el muchacho en su casa, en San Rafael de Montes de Oca.
Cantera Caribe
Yeltsin empezó su carrera a los cinco años, en el equipo Jorge White, escuela de fútbol que dirigía el exdefensor Julio Fuller en el polideportivo de JAPDEVA.
Ahí estuvo varios años y rápido destacó por su habilidad y capacidad de goleador.
A los nueve años fue visto por el exjugador Enrique Díaz, un visor del Saprissa quien le externó a sus padres su interés porque el niño hiciera una prueba a las ligas menores del club, algo que luego no se dio.
Al llegar a la preadolescencia, Yeltsin entrenaba tres veces a la semana con Fuller y los sábados con una sucursal del Saprissa que coordinaba José Rivers.
La madre, doña Rocío Valverde, optó por dosificar las prácticas para que también cumpliera con sus deberes estudiantiles.
El fútbol entre semana quedó suspendido. Iba solo a los entrenamientos sabatinos, aunque podía reforzar la selección cantonal de Fuller cuando él lo pidiera.
En julio del 2007, durante las vacaciones, Roy Myers lo llamó para que entrenara en el estadio Ricardo Saprissa. Así lo hizo. Una vez más no lo llamaron.
“Le dije: no darse por vencido. Yeltsin continúo con su usual perseverancia”, recordó su madre, profesional en JAPDEVA.
A final del año, la selección cantonal de Limón tuvo un partido en Tibás, Yeltsin fue observado por un asistente de Manuel Gerardo “El Puro” Ureña, entrenador de la selección Sub-17, quien le pidió integrarse a los entrenamientos pocos días después.
“Usted es la que decide”, le dijo Yeltsin a su mamá quien, inmediatamente, le reiteró el apoyo que ella y su esposo, don Ignacio, siempre le habían dado
Y a la capital
La decisión no fue nada fácil.
Yeltsin apenas tenía 15 años, acababa de terminar el décimo año en el Colegio Adventista de Limón y, se encaminaba al cierre de una educación secundaria que había transcurrido de manera exitosa.
Sus padres lograron conseguir matrícula en el Colegio Adventista de Costa Rica, situado en Hatillo, donde les dijeron que lo apoyarían en lo que pudieran.
Su permanencia en San José dependía de que continuara apegado a los principios morales y religiosos inculcados en el hogar.
Sus padres le permitieron venir a San José, donde su hermano Josimar, que comenzaba sus estudios de ingeniería civil en la Universidad de Costa Rica.
El joven respondió y con 16 años sacó el bachillerato y comenzó una experiencia de traslados en buses, entrenamientos y estudios. Tres años después empieza a recoger los frutos de sus esfuerzos.
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