Con buen ánimo y motivado, el técnico Marvin Solano abandonó ayer a las 8 a.m. el hospital San Juan de Dios. El timonel sancarleño estuvo acompañado en todo momento por sus familiares y de inmediato se trasladó a su casa de campo en las afueras de la capital.
“Gracias a Dios estoy muy bien y pronto estaré entrenando y teniendo una vida normal, según me dijeron los cardiólogos”, manifestó Solano por medio de su página en Internet.