Deportes
Martes 24 de julio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Funesto comienzo

Julio Rodríguez B., periodista

redaccion@aldia.co.cr

La nota discordante de la violencia en los partidos de fútbol ha estado a cargo de las barras o de los aficionados, en las graderías o fuera de estas. Sin embargo, en el encuentro entre heredianos y liguistas, fueron los jugadores y el cuerpo técnico los protagonistas de la malacrianza. No es, además, la primera vez que esto ocurre entre estos equipos.

La Supercopa del domingo se promovió con largueza y buena fe. Formó parte de una serie de esfuerzos realizados por los actuales dirigentes para introducir cambios en el futbol nacional y, sobre todo, para poner orden y respeto en los partidos y en el cumplimiento de los deberes de equipos, jugadores, cuerpo técnico aficionados, todo en conformidad con el lema: juego limpio, que nos cubre a todos.

Este esfuerzo y estas buenas intenciones se malogran, sin embargo, cuando las personas, sobre todo jugadores y cuerpo técnico, no se controlan, no tienen dominio sobre sus emociones y les dan rienda suelta al irrespeto y a la agresividad, de palabra o de hecho. La dirigencia del futbol debe intervenir, ahora, ante las puertas del torneo de invierno, para parar en seco estas conductas indebidas. No hace falta abundar en argumentos. El historial del futbol está lleno de hechos de violencia que solo se contienen mediante la sanción oportuna. Bien hicieron los jugadores y cuerpo técnico del C.S.Herediano en presentar sus sentidas disculpas. La mejor disculpa consiste, sin embargo, en el arrepentimiento y en la decisión de no repetir estos actos bochornosos. En este sentido debe intervenir los dirigentes y los miembros de las juntas directivas de los clubes, pues si en un partido de Supercopa, carente de animosidad y pasión, impera el irrespeto, ¿qué no podrá ocurrir en el torneo oficial? Que los actos penosos del domingo sirvan de lección y de prevención sobre el valor ético del respeto.