Redactor
Guápiles.-No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista...los heredianos lo saben, lo viven, lo disfrutan...
En el archivo quedaron 18 años y 10 meses de frustraciones, tragos amargos y corazones rotos, Herediano se trepó de nuevo a la cúspide del fútbol nacional.
La algarabía estalló en Guápiles, epicentro de la final y en segundos, las réplicas sacudieron la provincia de las flores.
Esta vez, sí tomó vigencia la canción compuesta por el veterano Javier Rojas González: “Ninguno pudo con él..., con el equipo Herediano, ninguno pudo con él...”
Desahogo total
Festejo absoluto, un mar de gente pintada de rojiamarillo expulsó todas las penas acumuladas y celebró en grande.
La fanaticada invadió la cancha para apagar el sufrimiento de una vez por todas.
Un padre de familia arrodillazo en el campo junto a su hijo fue el fiel reflejo de que la agonía por fin terminó para los feligreses que estaban ayunos de gloria.
El desahogo no era para menos, el “Team” coleccionó tropiezos, derramó lágrimas y cargó una etiqueta de perdedor que anoche arrancó de golpe.
Tras una remontada memorable, el cuadro rojiamarillo asaltó el torneo Verano, entró por la puerta de atrás a semifinales y aniquiló a sus oponentes para salir por la puerta ancha.
Y lo hizo de la mano de un viejo zorro, Odir Jacques, a quien tildaron de oxidado y logró lo que ningún técnico alcanzó desde 1993.
El arquitecto no estuvo sólo, tuvo peones de lujo cuyo mérito recayó en sudar la camiseta sin importar los bolsillos vacíos, las promesas incumplidas y la ácida calificación de mercenarios y canallas que les endosó su patrón. Su jefe Mario Sotela les pidió perdón y ellos le dieron su segundo título en tres años. ¡Qué cosas tiene la vida!. Hay dirigentes que pasan por el fútbol y nunca levantan una copa, otros, a punta de polémica escriben una historia singular.
Lo del partido sólo sirve de referencia porque el “Team” no pasó grandes apuros para consolidar la ventaja que obtuvo en la ida. Cuando el duelo expiraba, Víctor “Mambo” Núñez ensartó la última daga para sentenciar a un Santos que se quedó corto.
A fin de cuentas a los heredianos lo que les importa hoy es que la estrella 22 brilla en el firmamento florense y que la bandera rojiamarilla ondeará de nuevo en todos los estadios nacionales.
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Andrey... te consagraste como GRANDE
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Todo empezó sobre un triciclo...
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