Hungría rinde homenaje al legendario futbolista Sandor Kocsis. Cientos de aficionados húngaros abarrotaron ayer la Basílica de San Esteban de Budapest, donde se repatriaron las cenizas del gran delantero, leyenda del fútbol entre los años 1950 y 1960, y compañero de selección de Ferenc Puskas.
Kocsis, que falleció en 1979 en Barcelona, donde jugó entre 1958 y 1966, fue inhumado en una cripta de la basílica, al lado de Puskas, quien fue enterrado en diciembre de 2006 en la misma cripta. Kocsis fue legendario por sus remates de cabeza.