Desamparados.- Randall el “Chiqui” Brenes se llevó sus manos a la cara, entre sus dedos se veía la mirada de decepción luego de pegar la pelota en el horizontal y fallar su primer penal en su carrera futbolística, el cual era la oportunidad de oro que tuvo Cartaginés para quebrar el gran 0-0 ante Orión, qué al final imperó.
“Sentí culpabilidad, ya que el equipo no pudo estar arriba por eso en el juego, pero estoy tranquilo he metido muchos penales y botar uno está dentro de lo normal”, comentó Brenes.
El juego fue cerrado, muy luchado en el medio del campo, batalla que dejó pocas opciones de gol en los 90 minutos, 10 entre ambas escuadras, esto valoriza más la oportunidad del “Chiqui”.
“Fue un juego más que trabado, enredado, pero bueno fallar es parte del fútbol y no estoy exento de eso”, valoró.
Trabajo trascendental en los brumosos el de Randall Alvarado, el juvenil quita y sale jugando con elegancia, fue el encargado de secar al volante creativo “escondido” de Orión, Esteban Granados.
Desde el banquillo orionista, para destacar el trabajo de Wálter Chévez, quien es el motor del equipo, de las cuatro llegadas oportunas de los desamparadeños, Chévez tuvo que ver con todas, y apenas se cansó, la ofensiva del equipo de Juan Luis Hernández desapareció.
Al final el juego entre Orión y Cartaginés no estuvo tan caliente como lo había vaticinado el estratega español y fue mejor el preámbulo, que el espectáculo.
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