Wonder Charpentier cuelga un centro desde el lado derecho, el reloj marca el minuto 90, Alejandro Castro corre, brinca, dobla su cuerpo en el aire y con la cabeza empalma la bola que entra en el marco de Luis Diego Sequeira y se ahoga, en un segundo, el triunfo de Puntarenas.
¿Quién debía marcar a Castro? ¿Cómo van a descuidar una marca en los momentos finales del partido con tan solo un gol de ventaja? Bueno, esas mismas preguntas se las hicieron los porteños, que fríos, observaron a Castro celebrar su anotación.
Anoche, pese a una cancha en mal estado, debido al temporal que afecta el Pacífico Central, se vivió un encuentro emocionante, con buen ritmo y donde ninguno de los dos equipos se rindió a conseguir la victoria.
¿Por qué era importante el triunfo para Puntarenas? Lo metía en zona de clasificación, subía al cuarto puesto de la tabla y desplazaba a Cartaginés al quinto lugar. Sin embargo, el Puerto la dejó ir y ahora está empatado en puntos con los brumosos.
Santos siempre vino de atrás anoche. Puntarenas abrió el marcador con un gol de Sherman Vásquez, pero al minuto 45, Alejandro Castro puso el empate.
Luego, Yendrick Ruiz pone adelante al Puerto con un buen disparo en los límites del área grande. Con esa anotación se ubicó en el segundo puesto de goleo del campeonato.
Y aunque sea trillada la frase: el partido termina hasta que el árbitro pita, Castro, que llega a cuatro goles en el torneo, le dio la estocada al “tiburón” porteño.
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