Guadalajara, México Aquí nadie le echó la culpa a nadie.
Hicieron un primer tiempo vergonzoso, un 0-3 en el primer tiempo lo decía todo.
Un error de la portera Julieth Arias y un autogol de Marianne Ugalde, dieron al traste en 16 minutos con todo el esquema que había planeado la entrenadora Karla Alemán en su partido de despedida de los Juegos Panamericanos ante Argentina.
Lo peor parecía estar próximo, una goleada de proporciones impensables si la escuadra de Alemán seguía jugando de la misma manera.
Parecía que tocaban fondo y al medio tiempo con el 0-3 daba pena sinceramente, pues además del gol de Mercedes Pereyra, el resto fue por los propios errores.
Reacción increíble
Pero llegó el complemento y fue como un nuevo equipo, pero con las mismas once mujeres que habían sufrido la humillación ante la albiceleste en el campo.
La técnica Karla Alemán les tocó el orgullo, y entonces Katherine Alvarado, Raquel Rodríguez y Shirley Cruz, se adueñaron del partido, se “mataron” en la cancha, mostrando mucha vergüenza y amor propio.
Cruz incluso ayer mismo tomó un vuelo a Francia una vez terminado el partido. ¿Qué le costaba pedir cambio o bien no jugar para irse tranquila al Lyon donde juega y evitarse algún trastorno? No lo hizo y eso se debe valorar.
Quizás ellas no ganaron medalla, pero en amor, esfuerzo y coraje se ganaron un oro.
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