A falta de una regla que obligue a interrumpir un partido de fútbol porque el árbitro se encuentra en estado de ebriedad, lo que constató la propia policía mediante una prueba de alcoholemia, un duelo de una división regional del fútbol checo se jugó entero, pero se anuló y se volverá a jugar.
“Su aliento parecía exhalado por una destilería. Tampoco escondió que había estado festejando un cumpleaños", afirmó Karel Dusek, responsable del pequeño club de Jestrabi Lhota, al diario Lidove Noviny.
El árbitro Tomas Fidra dirigió de manera bastante extraña el encuentro, sobre todo por haber expulsado a tres jugadores del equipo visitante sin que mediara ninguna razón. Durante el descanso, la policía sometió al árbitro a un control de alcoholemia que arrojó un resultado de 1,94%.
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