Base Crestones, Cerro Chirripó. Tiene casi tantos años como ascensos al Cerro Chirripó.

Luis Ángel Quesada Araya, presidente del comité Organizador de la Carrera Ecológica del Chirripó, vela porque hoy todo esté en orden en Base Crestones. Ahí, a 3400 metros sobre el nivel del mar, está a cargo de certificar la llegada de cada competidor al punto de retorno, tras 17 km de duro ascenso. Entonces los atletas deben devolverse a la salida para completar 34 km. Quesada suma 60 ascensos y a sus 62 años tarda en subir entre seis y ocho horas, para encargarse de la logística, como la colocación de toldos para los paramédicos; y es el cronometrista oficial de la prueba.

En 23 años de competencias, ha sido testigo de más de una historia: “Un ejemplo era Alberto Ceciliano, quien cada vez que corrió la prueba y llegaba al punto de retorno, se hincaba frente a los Crestones y le daba gracias a Dios. En 2008 la corrió por última vez, pues falleció de cáncer en 2010. También está el caso de Francisco Elizondo, quien en 1989, en la primera edición, llegó a Base Crestones con una diferencia de seis minutos, pero se empezó a tomar fotografías y al final perdió tiempo valioso, lo alcanzaron en el descenso, lo que le costó el primer lugar de la carrera, la cual perdió por 15 segundos”.