“Quería verlo con la Liga”, afirmó su padre

Miguel Calderón Suárez

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Tibás.- Cuando era apenas un niño, Wálter Centeno Corea recibió un balón de regalo. Se lo dio su padre en presagio de la vida que le esperaba al “ídolo” saprissista.

Pero lejos de ser morada, aquella pelota tenía pintados los colores rojo y negro, de los cuales su progenitor era fiel seguidor.

A pocas horas de la despedida del fútbol de su hijo, Benigno Centeno, padre del “Paté” expresó ayer a Al Día que solo le quedó un sueño pendiente con Wálter: verlo jugar con la camisa de la Liga.

“¡Hasta un uniforme de Alajuelense le compré!”, recuerda don Benigno con alegría. Pero admitió que su hijo siempre fue morado de corazón y en parte gracias a su madre, Lidiette Corea.

“Siempre quise que Wálter jugara en Alajuelense, pero él nunca estuvo en la Liga porque un día cuando yo estaba trabajando, la mamá lo llevo a Saprissa y ahí se quedó para siempre”, dice.

Para don Benigno, el talento de Centeno nació desde muy chiquito, cuando su vida se gestaba entre bananales y pobreza.

“Como hijo fue muy especial para mí, pero como jugador más, porque todo mundo tuvo que ver con él y le hablo desde la niñez, donde ya se veía que iba a ser un gran jugador. A los seis años ya era muy bueno”, comenta.

Don Benigno cuenta que su hijo es un gran amante de los mariscos y además, un excelente cocinero.

“Los mariscos son número uno para él, así como la carne asada. Siempre él es el que reparte la comida”, dice entre risas.

Don Benigno nos contó que asistirá con su esposa al juego de esta noche con una distintivo muy peculiar: irá vestido con los colores rojinegros a la “Cueva del Monstruo”.