Deportes
Domingo 22 de julio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Columna de opinión

Las piernas que Dios nos dio

Antonio Alfaro

Editor

Espero que Batman no esté en Londres, que a la Reina no le dé un resfrío a sus 86 años, que nuestros atletas tengan en los Juegos el mejor día de sus vidas, que el griego Pistorius no le gane a Nery, pero siga siendo ejemplo de no darse por vencido aún cuando no se tengan las piernas.

En la maleta de cada uno va la bandera tica, el sacrificio de varios años y las vivencias que marcan. Entre esas que no se olvidan, Gabriela Traña contó ayer un par. Aún tiene fresca la imagen de que aquel soldado, sin piernas ni brazos, iniciando apenas el proceso de recuperación en el hospital de la armada estadounidense, visitado por ella y otros atletas previo a una competencia del ejército. Que a uno le falte una pierna, ya debe ser duro; ¡que le falten las dos y encima los brazos!, parece una prueba demasiado dura.

Muchos la superan, según comprobaría Traña en la misma visita, al recorrer las áreas con los soldados de avanzada recuperación. ¡Qué agallas!

Nada es demasiado duro. Esa también podría ser la clave de varios atletas kenianos con los que alguna vez entrenó en Estados Unidos. Cada vez que ella quería detenerse en su límite, alguno de ellos la instaba a seguir. “Vamos”. “Usted puede”, “Usted puede más”, le decían en su más básico inglés. Hablaban el mismo idioma: el del esfuerzo.

Sorprendida de las prácticas que logró culminar, entendió en carne propia lo que con su técnico Juan Carlos Vega ha venido aplicando en los últimos años: un paso más.

Espero lo den en Londres -nuestros once representantes- que el Big Ben repique menos que su campanada, que Sherlock Holmes la pase tranquilo sin nada por resolver, que Dios salve a la Reina, al que tiene piernas para correr y al que tiene agallas para no detenerse sin ellas.