Tiro libre

Edgar Fonseca M.

efonseca@aldia.co.cr

A la Liga le tocaron las campanas de Belén más temprano de lo esperado.

Y ayer Cartago, con apenas lo justo, se encargó de propinarle la segunda derrota al hilo.

Amargo inicio de torneo del verano para los manudos que, a decir de su técnico, resienten la carencia de una pretemporada.

Pero a los ojos de la afición no hay explicación que valga, si, en menos de un mes, un equipo pasa por todas las razones que se han de aducir, de ser el mandamás a un paupérrimo desempeño.

Esto apenas empieza y es de suponer un retorno al orden y a la estabilidad en las tiendas rojinegras, aunque esos puntos que hoy dejan de camino, pueden costarle demasiado caro a la hora de la verdad.

El torneo de verano pinta toreado.

Los morados respiraron hondo ayer en el minuto final en Guápiles y se trajeron un triunfo candente del reducto de Santos; revancha, al fin y al cabo, por la eliminación de la final anterior consumada en ese espinoso campo con temperatura endiablada.

Los tibaseños suman dos victorias al hilo que, en el argot de su entrenador, les saben a gloria en estos tiempos de transición generacional por los que transitan.

Guimaraes, por cierto, se cura en salud y no se fía del tropezón de su acérrimo enemigo. El torneo, dice, estará muy competido.

La sorpresa, Pérez Zeledón de superlíder: tres partidos, tres ganes. El gran desafío para los generaleños es sostener este ritmo.

Herediano, el otro llamado a marcar el ritmo, acumuló ayer en San Carlos su segunda derrota; amargo inicio, para una escuadra que se asoma como la más sólida del torneo.

Esto apenas empieza. Hay que dar chance a que se asienten las aguas.

Mucha pimienta y emoción y no pocos poniendo sus barbas en remojo, más temprano de lo esperado.