Edgar Ávila Solé: “Es un orgullo haber dejado esa obra”

Franklin Arroyo

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- ¿Qué fue lo primero que hizo?

Lo agarré en el 52. Antes había un campo con la vieja gradería del Nacional. Era vicepresidente de la Municipalidad de Alajuela y jefe de Departamentos de Arquitectura, Construcciones y Puentes del Ministerio de Obras Públicas, cuando se nos ocurrió hacer el estadio en forma. Los planos los hizo “Felo” García, que ahora es pintor. Los terrenos se le compraron a Luis Montenegro.

- ¿Cuánto costó la obra?

Nunca lo contabilizamos porque conseguí que el Consejo de Gobierno, con el Presidente Otilio Ulate y Alfredo Hernández como ministro de Hacienda, autorizaran que dentro del presupuesto de Obras Públicas se destinaran ¢50 millones para el estadio de Alajuela, igual para el de Heredia y para el de Cartago.

- ¿Que don Otilio fuera alajuelense facilitó las obras?

Mucho. Yo tenía gran influencia en ese tiempo, no era tan complicado. Yo era como un viceministro y me puse de acuerdo con Carlos Manuel Rojas, Ministro de Obras Públicas, que era abuelo del actual presidente de Saprissa, Juan Carlos Rojas, y hacíamos el Consejo de Gobierno en casa de mis papás, para que me permitieran seguir invirtiendo en el estadio. Luego íbamos a mejenguear.

- ¿Cómo surge la idea de ponerle Morera Soto?

¡Imagínese que a ese estadio le querían poner mi nombre! Yo les dije: “Un momentico: mi ídolo es Alejandro Morera y debe llamarse como él”.

- ¿También fue parte de la remodelación del 79?

Sí, pero me tocó hacer los planos. La obra se terminó en la administración de Roberto Chacón Murillo.