Deportes
Sábado 21 de enero de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Por acto obsceno a aficionados

San Carlos castigará a País

Milton Montenegro

mimontenegro@aldia.co.cr

Haberle mostrado el dedo del corazón a la afición, le saldrá caro al argentino Diego País.

El delantero fue expulsado y aguarda el castigo de la Comisión Disciplinaria, pero además, San Carlos, su club, lo sancionará.

“No estamos contentos con lo que hizo País. Nosotros tenemos un reglamento y se lo vamos a aplicar. País va a recibir dos sanciones, una por la expulsión y la otra por el gesto que hizo”, manifestó Rónald Solís, presidente del cuadro de San Carlos.

Solís no quiso mencionar cuál será el castigo para el “ché”.

“Eso se queda a lo interno, no voy a andar ventilando nada en la prensa. Yo no vi lo que hizo, me lo contaron y no me gusta esa seña, fue algo de mal gusto”.

Solís añadió que ayer conversó del tema con el atacante.

“Hablé con Diego y aceptó el error, dice que lo hizo a la afición que estaba fuera del estadio. Le expresamos que estaba mal y lo aceptó”, comentó Solís, quien adelantó que si la Comisión Disciplinaria de Unafut, le impone una multa, País debe pagarla.

PICANDITO EN EL AREA

Falta de respeto

José Luis Rodríguez, La Nación

La actitud de Diego País, al mostrarle a los aficionados el dedo del corazón de su mano en el partido entre Orión y San Carlos, es una falta de respeto y un acto condenable.

Así como el defensor Pepe no tiene excusa al poner su pie sobre la mano de Lionel Messi, País tampoco tiene excusa.

En cualquier ámbito de la vida mostrarle a otra persona ese dedo es algo bajo y mal educado. Un acto de esos solo conlleva violencia, y, en el caso de un futbolista, también un mal ejemplo.

Sigo sin entender porqué los futbolistas consideran que su profesión los hace inmunes a los castigos, y por ello realizan actos de este tipo.

País, quien ya tiene sus años en el balompié (ojo que no excuso a los jóvenes) debe saber que lo que él hace será replicado por aficionados que le siguen, y, peor aún, por niños.

Además de la roja, ojalá le impongan un castigo que aleccione y ejemplifique.