Deportes
Domingo 15 de julio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

El fútbol de Costa Rica está lleno de agüizotes, en Al Día le contamos los más llamativos

Hasta orinar da suerte

Esteban Valverde

esteban.valverde@aldia.co.cr

El exvolante de Alajuelense y Saprissa, Luis “Neco” Fernández, tenía que orinar antes de una final para así sentirse confiado y listo para jugar.

“Eso me quitaba la ansiedad y la verdad es que lo hacía y sentía que iba a jugar bien”, comentó “Neco”.

Ese es solo uno de los tantos agüizotes del fútbol nacional, donde la superstición también juega.

“Me parece que eso le puede dar más seguridad , pero lo que hay que hacer es tener fe en uno y en Jesucristo. Yo lo que hacía era rezar un Padre Nuestro”, aseguró el exguardameta morado, Marco Rojas.

Para Galo Guerra, psicólogo especialista en conductas humanas, este efecto tiene una explicación, y en el deporte es una forma de generar mayor credibilidad en las habilidades propias del jugador.

“Eso se llama conducta supersticiosa, eso es cuando se hizo un comportamiento diferente y casualmente se tiene buen rendimiento. Como obtuve un resultado deseado entonces se piensa que fue la conducta distinta lo que benefició”, señaló.

Galo es claro en que la principal ganancia se obtiene en la credibilidad en el juego que se desarrolla.

“Aumenta la confianza a partir de un efecto mental. Si yo creo que hay algo que me va a aumentar el rendimiento me sentiré más confiado, y el resultado lógico es que voy a mejorar”, analizó el experto. También es importante destacar que no todos los futbolistas creen en la superstición. “Mi confianza está en Dios, no dejaba que esas cosas (agüizotes) significaran algo”, sentenció el exvolante Steven Bryce al respecto.

“Salía de último”

Hernán Morales lo que hacía en su época de jugador era que siempre salía de último al terreno de juego, ya que cuenta que eso le daba más confianza y los juegos en los que no lo hacía, los perdía.

“Evitaba los silbidos, tenía un gran panorama del entorno y estadísticamente gané más cuando me quedaba de último. Por ahí me recomendaron que cuando uno empezaba a jugar no había que bañarse, pero yo no lo apliqué”, comentó Morales.

Nada de color verde

A José Francisco Porras, exarquero de la Selección Nacional y el Saprissa, no lo dejaron usar en las finales camisas de color verde en su última etapa en la “S”, ya que su entrenador de turno (nombre no revelado), no le tenía confianza a ese color.

“En ocasiones hasta nos pidió que cambiáramos el color de la camisa de la presentación, porque prefería la blanca que la morada”, agregó el exguardameta morado.

“Solo un boxer”

El defensor Johnny Acosta aseguró que su amuleto en finales es usar el mismo boxer siempre.

“Eso es vacilón, a veces uno usa una licra o boxer que da suerte, ya que en otros partidos eso te benefició, hay prendas que dan confianza, uno lo ve como agüizote. Pero yo siento que te da como un plus mental a la hora de manejarte en el terreno de juego, además de que te sentís más cómodo”, manifestó el jugador de Alajuelense.

Siempre con la “Negrita”

El volante argentino, Pablo Alejandro Izaguirre, lo que hacía era usar la misma ropa interior con la que había ganado durante el torneo. “Mantenía algún tipo de ropa de la suerte, como el calzoncillo ó una camisa de la Virgen de Los Ángeles”, comentó. Izaguirre contó que en su etapa de asistente técnico solo le gustaba viajar en el bus en el que Barrio México consiguió el primer gane del torneo, además que le pedía a sus pupilos jugar con medias rojas.

Hombre de rosarios

El exdefensor de Alajuelense, Mauricio Montero, lo que utiliza son varios rosarios en su cuello, los cuales asegura le sirven para traer buenas vibras.

“Esos yo los uso, porque me dan confianza de que Dios siempre está con nosotros, es algo muy lindo, porque uno siempre se siente acompañado”, comentó el “Chunche”. Montero agregó que eso sirve también para digerir los momentos complicados de mejor manera.

Usaba una cadena

El exartillero Juan Carlos Arguedas es considerado de los jugadores más agüizoteros del país. “Jugaba con los mismos tacos, además usaba la misma licra, eso era fijo. Y en Alajuela siempre quería comenzar atacando hacia los camerinos”, comentó. Otra costumbre que tenía Arguedas era usar una cadena, la cual a veces tenía que esconderse. “Siempre la tenía y me ponía camisas, para que no me la vieran, pero no me la quitaba”, afirmó.