Lorient, Francia.- Joel Campbell se levanta a las 9 a.m. para ir a entrenar. Su madre lo despierta, le prepara el desayuno, y lo manda camino al Stade du Moustoir, cualquiera que oye esa rutina creería que hablo de ir al colegio o algo por estilo, y más cuando se percata que Campbell lo que tiene son 19 años de edad.
Y es que pareciera que fue ayer cuando tenía siete años y su padre, Humberto Campbell le dijo, “usted cuando sea grande le va a comprar una casa a su mamá y un carro a mí”. Hoy en día el sueño es realidad.
El jugador del Lorient de Francia, tiene una vida como la de un chico de 15, juega fútbol, come, ve televisión, en un pueblo, el cual es (guardando las distancias en infraestructura), como el centro de Cartago, con mucho movimiento comercial durante el día, pero en la noche no se ve un alma.
En el centro de Lorient Campbell tiene todo cerca, lo que recorre son 700 metros para llegar al estadio y el supermercado está a dos cuadras. “Comparando a Costa Rica todo es más caro, creo que cada cosa vale como un 50 por ciento más, pero es porque la gente gana más”, cuenta.
En cuanto al apartamento donde vive se ubica frente al parque principal de la ciudad, en un segundo piso y sobre un banco, por lo que es uno de los más seguros
“La verdad es muy tranquilo, yo el carro lo dejo en la calle semanas cuando me voy para Costa Rica y no pasa nada”, comenta.
En la cocina, hay frijoles, arroz, aguacate, carne, con mucho sazonador tico, y una mano como la de su madre (Roxana), la cual califica como la mejor.
Pero aún así el artillero tuvo que acostumbrarse a otras cosas, que si marcaron una real diferencia, como manejar ó saber donde estacionar sin ser multado.
“Acá hay unas zonas pintadas de azul, donde solo con una tarjeta se puede parquear, pero a mi me da pereza estar cambiándola, entonces me han hecho como dos multas”, describe entre risas.
Y aunque el volante se mantiene a la izquierda es precavido y anda a 50 kilómetros por hora, sobre todo porque, “la gente es muy despistada, hay que andar como chispa. Al principio iba a pie, pero ya me acostumbré”.
En sus tardes, luego de comerse un buen “rice and beans” ó arroz con pollo, Joel se traslada de la cocina tica a las noticias costarricenses, debido a que la tarde la dedica para informarse y si es domingo, no pierde detalle del Saprissa.
“Mi papá se peleaba con mi mamá porque me llevaban al estadio a la hora de la misa, pero es que yo veo a Saprissa y me encanta, veo los vídeos de la Ultra y se me eriza la piel”, resume.
El exjugador del Saprissa no es de salir mucho, y solo lo hace si tiene la necesidad. “A la playa hemos ido una vez nada más, pero había que andar con suéter y todo, ni nos pudimos meter”.
Hicimos un pequeño recorrido con él rumbo a una tienda en el centro y desde un carro lo saludaron, Campbell acepta que es común que eso suceda.
“Ellos dicen ahí va el jugador del Lorient, no son como en Costa Rica que son más expresivos, acá son más respetuosos, pero es bonito”, admite.
Así Joel vive como un niño en Francia, hace lo que le gusta y se siente como en su casa, en Desamparados, en el sueño que se le hizo realidad como el cubo de hielo que se hizo agua, y con el jugó durante toda la entrevista. ¿Y cómo no iba a jugar? Si lo que tiene son 19 años...
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