Después de seis meses de haber llegado al equipo Fulham, cada día que pasa entiendo mejor porqué al fútbol inglés lo denominan como la mejor Liga del mundo. No solo es porque está llena de jugadores muy buenos, sino por el altísimo nivel de competencia.
Me preguntan por medio de mi Facebook y página web, por qué al Fulham le ha costado tanto, ya
que subimos y bajamos.
Pero en una liga así a todos los equipos les cuesta, todos juegan con muchas agallas e intensidad y eso da un equilibrio.
Subir y bajar es normal en la Premier League, ni siquiera los poderosos están sobrados.
Por ejemplo, hay resultados que confirman eso, como la derrota que se había dado del Manchester United en su propia casa 2-3 contra uno de los últimos como el Blackburn. El Chelsea también había caído en su estadio 1-3 contra el Aston Villa, un equipo que anda entre el décimo tercero y el décimo quinto puesto de la Premier.
Esos resultados no afectan la posición en la tabla a los grandes, porque marcan diferencia con sus
planillas, pero demuestra que aquí no hay espacio para el error.
Fue duro para mí y para mis compañeros cuando estuvimos cerca de la zona de los tres
equipos del descenso, pero hace unas semanas nos alejamos en definitiva y pudimos meternos entre los diez puestos de la tabla, pero tal es la competencia que solo tres puntos nos separan del lugar 15, que ocupa el Swansea.
O por ejemplo estamos apenas a tres puntos del reconocido Liverpool, que se ubica en el séptimo puesto.
El Fulham ha conseguido valiosos resultados contra algunos poderosos como la goleada al Newcastle 5-2, los triunfos contra Arsenal 2-1, Liverpool 1-0, o los empates ante Chelsea 1-1 y Manchester City 2-2.
Así es como se mueve este fútbol inglés y de esa serie de movimientos, muchos inesperados, no se salva el Fulham.
Nuestro deseo es terminar en el séptimo lugar para obtener un boleto a la Europa League.
Es un reto difícil pero sabemos que no es imposible.
